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Vol. 42. Issue 153.
Pages 55-62 (January 2007)
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Cesc
Cesc
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A finales de 2006, concretamente el 22 de diciembre, moría en Barcelona Francesc Vila i Rufas, Cesc, sin duda el dibujante humorístico catalán más importante de la posguerra. Durante las semanas posteriores al óbito, todas las revistas i diarios le han dedicado artículos verdaderamente sentidos, porque Cesc era un personaje estimadísimo en Cataluña. Hemos de decir que entre este abundante material, en ningún momento se ha relacionado al genial dibujante con el deporte, aunque sabemos que esta relación en determinados momentos ha existido. No olvidemos que Cesc nunca salió de la realidad, en la que penetró profundamente, y que dentro de esta realidad se encuentra el deporte.

Figura 1 Avui 08-02-1977.

Figura 2 Avui 08-05-1978.

Francesc Vila i Rufas nació en Barcelona el 22 de octubre de 1927. Era hijo de Joan Vila, un dibujante muy conocido que firmaba con el seudónimo D'Ivori, y de Joaquima Rufas. Mientras su hermano Jordi y su hermana más pequeña, Rita, siempre se denominaron por sus nombres, Francesc, desde que era un niño y hasta ahora ha sido en Cesc. Con este diminutivo afectuoso, y tan típicamente catalán, firmó desde buen principio todas sus obras. Incluso en momentos difíciles por la persecución de la lengua catalana, se proyectó en Madrid, en el resto de España y en diferentes naciones de Europa con su nombre catalán. Firmaba con un Cesc en el que la última "c" se abría hacia arriba, ¿buscando quizá el cielo? "El hecho que mi padre fuera ilustrador hizo que ya desde pequeño tuviese los lápices a mano", manifestaba en una entrevista publicada en 1999 en Cavall Fort. El año 1934 ingresó como alumno en el Institut Escola del Parque de la Ciutadella, donde le dejaban dibujar y pintar globos y banderas de colores (sin confundir los colores de la senyera, los de la bandera de Barcelona y los de la República Española). La guerra civil le obligó a dejar el Institut Escola, y entonces sus dibujos adoptaran imágenes "guerreras": aviones, soldados, fusiles, ametralladoras o ambulancias. En 1937, cuando tenía 10 años, publicó el primer dibujo en la revista L'Estel, de la cual únicamente salió el número uno. A los 15 años asistió a la Escola Masana, donde aprendió las técnicas de esmalte al fuego, aunque lo suyo eran la pintura y el dibujo.

Figura 3 Avui 24-07-1981.

Figura 4 Avui 06-07-1982.

Figura 5 Avui 05-05-1984.

Figura 6 Avui 08-05-1984.

En 1943 realizó su primera exposición en la Sala Rovira (entonces llamada Salón de Arte Rovira), donde precisamente hace poco había efectuado una de las últimas. Expuso diferentes visiones de la ciudad, de aquello que veía por las calles: los trolebuses, los tranvías, los árboles y hombres y mujeres sencillos. Tuvieron mucho éxito, aunque los resultados económicos fueron más bien pobres.

Durante unos años se dedicó a ayudar a su padre, que había creado la editorial Mons Floris, que hacía libros de tirada corta para bibliófilos, con papel de calidad, encuadernaciones especiales y grandes ilustraciones coloreadas a mano. En 1946 dirigió el último número de la revista Arlequín, dedicada al exlibrismo. Cuando en 1947 murió su padre vivió una etapa desgraciada, en la cual hizo ilustraciones navideñas e incluso la totalidad de un libro de bibliófilo elaborado a mano.

Figura 7 Avui 11-08-1985.

Figura 8 Avui 01-10-1885.

Figura 9 Avui 18-10-1985.

En 1952 participó en un Salón de Humoristas organizado en la Sala Jaimes, y a partir de entonces su suerte cambió. Alberto del Castillo, crítico de arte y subdirector del Diario de Barcelona, le hizo una crítica muy buena y después le informó de que su diario buscaba alguien que quisiera hacer un chiste diario y lo contrató. Conoció el humor blanco de Cesc, "con personajes de la calle ­en palabras de él­ como el basurero, la florista, el peón caminero o el mendigo". Inició así una larguísima trayectoria, durante la cual tuvo muchos problemas con la censura: "recuerdo que tenías que inventarte sistemas para que los dibujos no quedaran sosos y que a la vez no fuesen demasiado inteligibles para les autoridades". Tenían un alto contenido de denuncia social, en la cual los protagonistas eran los desheredados. En el transcurso de unos años muy intensos publicó diariamente en el Diario de Barcelona. Simultáneamente en 1953 editó y dirigió el Tururut...! Semanario Humorístico de Actualidades. Reunió los mejores dibujantes y humoristas, pero el público no respondió y únicamente se publicaron 17 números. Las múltiples discusiones con el director Enrique del Castillo, por los problemas que ocasionaban al diario los personajes de Cesc, motivaron que éste, ofendido, se despidiera en 1962. Al salir del Diario de Barcelona tenía el firme propósito de evitar el chiste diario.

Figura 10

Figura 11

El dibujante se había hecho un nombre, había estado en París y en Londres y habían aparecido dibujos suyos en Jours de France, Ici Paris, Le Rire, Constellation, Esquire, Lilliput, The Illustrated, Punch, Harper's e incluso en Paris Match. También participaba en otras revistas, como Por Favor, Hermano Lobo y Gaceta Ilustrada; precisamente un chiste publicado en este semanario en 1962 ha sido protagonista en el recordatorio laico de su entierro (los asistentes a un entierro van perdiendo el duelo y el gesto triste, según su posición en el acompañamiento del ataúd; mientras los personajes de las primeras filas están compungidos y vestidos completamente de negro, los más atrasados van aclarando el color de su vestuario y liberando su comportamiento).

Se había casado en 1959 con Concepció Martínez Pedrero, bibliotecaria del Ateneo Barcelonés, y 4 años después ya tenía 3 hijos.

Figura 12

En 1964 apareció en Barcelona Tele/eXpres, y los ruegos de su director, Sempronio, convencieron a Cesc, que trabajó allí 4 años. Después pasó al Correo Catalán, donde colaboró hasta 1975; era una publicación con un evidente sentido catalán, bajo la dirección de Andreu Roselló y subdirección de Manuel Ibáñez Escofet.

El 23 d'abril de 1976 tenía que aparecer Avui, el primer diario editado en catalán después de la guerra civil. Cesc creyó un deber escuchar las invitaciones a participar en este proyecto que le hizo el futuro director Josep Faulí i Olivella. Aunque su idea era colaborar los primeros meses, permaneció en Avui cerca de 12 años. Desde el primer número apareció su chiste, al principio en primera página y más tarde en la última, muy cerca del artículo que también diariamente escribía Josep Maria Espinás. Su repetido propósito de dejar el denominado "chiste cotidiano" que le agobiaba reapareció, y ello, unido al parecer a problemas económicos, motivó dejase el Avui. Su último chiste, en el cual se despedía de los lectores del diario con un expresivo ADEUSSIAU [Id con Dios], salió el 22 de febrero de 1987. Finalmente, la actividad de periodista humorístico acabó en 1989, después de unos meses de colaboración en el Diari de Barcelona, que había recuperado su nombre auténtico en catalán. I Cesc se dedicó casi totalmente a su motivación y vocación artística: la pintura.

Durante todos los años de actividad periodística de actualidad, Cesc nunca dejó la pintura. En su primera exposición figuraban diferentes dibujos acuarelados, y en muchas de las presentadas posteriormente se exponían pinturas. En 1967 ganó el premio extraordinario del Ayuntamiento de Barcelona en la Primera Bienal Internacional del Deporte en las Bellas Artes, con una pintura titulada El partido. En la pintura continuaba recurriendo a las mismas temáticas del dibujo, aunque no se puede calificar a Cesc como un dibujante que pinta, sino que se trata de un verdadero pintor. Es un pintor de crítica social que introduce en la pintura el protagonismo del hombre de la calle y la importancia de los hechos cotidianos convertidos en categoría. Son pinturas de pincelada simple, con un color de fondo que en el momento de trabajar los personajes aporta la fuerza del color, de la materia y de la textura. Utiliza el aceite, el guache y los acrílicos.

En otro terreno que quizá él no valoraba suficientemente, desde los años cincuenta utilizaba la técnica del grabado, con aguafuertes que eran la versión gráfica de sus ilustraciones; tuvieron años de fama las series de felicitaciones navideñas donde el albañil, el mendigo o grupos de niños son protagonistas tristes y tiernos a la vez, bajo la luz de las estrellas de Navidad. La punta seca sobre zinc era su técnica preferida, porque le permitía dibujar directamente con una herramienta incisiva como un lápiz, llegando de lleno hasta los personajes. Ha trabajado también con aguatinta, resinas, linograbados y litografía. Son muchos los carteles realizados por Cesc con finalidades publicitarias no siempre comerciales, a partir de dibujos reproducidos fotomecánicamente.

Creemos importante recordar 2 revistas catalanas históricas ­Serra d'Or y Cavall Fort­ en las que Cesc tuvo hasta el último momento una larga tradición de colaboración. En Serra d'Or publicaba mensualmente un dibujo, que solía ser de ambiente social; en el ejemplar del mes d'octubre, sabiéndose gravemente enfermo, no hizo el chiste habitual y en su lugar se despidió de forma sencilla y clara con un abrazo y un "gracias por todo". En Cavall Fort trabajó desde 1961, año de su creación, con dibujos interiores y portadas. Nos explica que "en aquella época todos mis dibujos eran en blanco y negro, la portada número 5 la hice en color. Me hizo mucha ilusión y me agradó mucho". Últimamente dibujaba una portada en verano y una en invierno por Navidad, de tal forma que la correspondiente a diciembre de 2006 (un niño tirando con una cuerda una estrella navideña) ha sido la última realizada por Cesc.

Figura 13

Al iniciar este artículo hemos insinuado que nos proponíamos escribir unos párrafos dedicados al deporte, un aspecto de la actividad de Cesc que no había estado referenciado directamente en ninguno de los trabajos consultados. En principio creemos que Cesc no tenía especial interés por esta actividad, aunque tampoco hemos hallado argumentos contrarios a esta afirmación. Sí existen pruebas de que poseía un enraizado barcelonismo, posiblemente más que por el juego en sí, por lo que este concepto patriótico representaba. Desde buen principio, durante los primeros años setenta, estuvimos vinculados ideológicamente y económicamente con Premsa Catalana. Hemos vivido el Avui desde la diada de 1976 hasta hoy. Fueron unos años difíciles: transición política, Generalitat, gobierno catalán, discrepancias idiomáticas, elecciones continuadas, etc. Recordemos que los chistes de Cesc salían entonces en primera página y que reflejaban los hechos más importantes ocurridos en la jornada. Todo esto nos llevó a coleccionar la totalidad de los chistes de Cesc aparecidos en el diario en el curso de los años en los cuales colaboró en Avui (más de 3.000). La cuidadosa contemplación de la colección nos ha permitido identificar unos 80 chistes de cariz deportivo. Curiosamente, el primer chiste de esta temática no se publicó hasta finales de febrero de 1977; un descarado arbitraje contra el Barça, durante el cual fue expulsado del campo el mítico Johan Cruiff, motivó una airada y violenta reacción de protesta sociopolítica, que fue cabecera de todos los diarios. El Barcelona y el fútbol son los temas más repetidos (37 de fútbol, de los cuales 21 pertenecen al Barça). Otros temas siempre de actualidad son el Campeonato del Mundo de Fútbol de 1982, el Olimpismo hasta la concesión de los Juegos Olímpicos del 92, el Campeonato de Europa de baloncesto, hockey, atletismo, vela y alpinismo. Los años ochenta son los más prolíficos en materias deportivas. Aparte de estos dibujos de la colaboración diaria dedicados al deporte, han llegado a nuestro conocimiento otros procedentes de diferentes publicaciones, algunos en color, plasmados en distintas técnicas más cercanas a la pintura.

Figura 14 El partido.

Los dibujos de Cesc han sido recopilados en diversos libros; entre otros, La Costa Brava, Gargots, Tics del país, Els captaires d'en Cesc, Desarrollo & Desarrollados SA, No som res, Arriba Spain, La vida en broma, etc. Además había hecho libros con Josep Maria Espinàs i Ricard Giralt-Miracle (Guia de ciutadans anònims, con prólogo de Daniel Giralt Miracle) y con Josep Maria Huertas Claveria (La poesia prohibida d'en Cesc: vint-i-vuit anys de país i censura).

Es incontable el número de exposiciones en las que participó Cesc en el transcurso de su vida, en las galerías más destacadas de Cataluña. Hemos de mencionar especialmente las denominadas Una Historia d'un País, organizada en 1986 por la Caixa de Catalunya, y la exposición antológica Consciència Gràfica d'un País. De l'acudit Periodístic a la pintura [Conciencia Gráfica de un País. Del chiste Periodístico a la Pintura], celebrada en el Palacio de la Virreina y organizada en 2001 por el Instituto de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona.

Cesc, como afirma Josep Maria Cadena, "agradeció los honores que le hacen, pero nunca cayó en la autocomplacencia". Fueron muchas las distinciones recibidas durante su vida, comenzado por el importante premio de dibujo Ynglada-Guillot (1961); el premio de dibujo de la exposición El Deporte en las Bellas Artes (1965) por la obra Interior izquierdo; el premio extraordinario del Ayuntamiento de Barcelona en la Primera Bienal Internacional del Deporte en las Bellas Artes (1965) por la obra El partido; el premio Ciudad de Barcelona de Dibujo (1970); el premio de grabado de la Exposición Nacional de Arte Contemporáneo (1971); la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya (1995); el premio de honor Gato Perich por su trayectoria de obras de humor (1997); miembro numerario de la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi (1999).

El entierro de Cesc fue una clara muestra de la estimación que sentía Cataluña por el artista. Entre los centenares de asistentes al acto, queremos resumir lo que pensaba en aquellos difíciles momentos el que posiblemente mejor le conocía, Josep Maria Espinàs: "Hemos compartido muchas cosas con Cesc desde que él hacía un dibujo y yo un artículo cada día en el diario Avui, durante años y años". "Lo recuerdo como una persona cordial y respetuosa, con la que tenía una relación casi de hermanos y con quien compartía la misma visión de retrato psicológico de la sociedad." "Compartíamos también la capacidad de retratar con ironía la realidad social." "La posguerra fue dibujada por Cesc [...] y a través de sus dibujos se explican los problemas de entonces." "Era un hombre de carácter muy tímido y educado." "Era un artista sin pretensiones, porque era un inconformista." En Cavall Fort afirman: "Le recordaremos no solamente por su obra, sino también por su manera de ser, por su gran humanidad, su sencillez y su amabilidad".

No queremos terminar sin explicar una anécdota muy infantil, que conocemos de primera mano. Tres niñas muy jovencitas fueron a visitar a Cesc. "¡Dios os guarde! Somos siete hermanos, y nuestra madre, que es violonchelista, es una gran admiradora de usted. Hoy cumple cuarenta años, y querríamos regalarle un dibujo de usted." "Lo haré." "¿Cuánto costará?" "¿Cuanto tenéis?" "Mil pesetas." "¡Qué casualidad, es justamente lo que vale!" Y lo hizo precioso y de gran formato. En dos ventanas, se ven la madre con el violonchelo y los siete chavales. Así era Cesc.


Bibliografía

Molas J. Cesc: una història d'un país. Barcelona: Fundació Caixa de Barcelona; 1986.

Giralt-Miracle D. CESC. Barcelona: Catàleg Galeria Eude; 1999.

Cadena JM, Uberquoi M-C, Vélez P, Huertas JM, Miralles F, Martínez Pedrero C, Frias García F. Consciència gràfica d'un país. De l'acudit periodístic a la pintura. Institut de Cultura. Ajuntament de Barcelona: Electa; 2001.

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