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Vol. 41. Issue 150.
Pages 78-82 (April 2006)
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Cuando el deporte se hace arte Honoré Daumier, genio de la caricatura
When the sport becomes art. Honoré Daumier: a genius of caricature
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R. Balius i Juli
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Desde hace muchos años me ha interesado estudiar a los artistas plásticos que tuviesen obra de temática deportiva y poder escribir sobre ellos para dar a conocer las características de esta citada y especial realización artística. En ocasiones, he quedado impresionado, y mucho, por la importancia y la magnitud de la producción de un artífice, pero no he encontrado en ella motivos que me permitiesen situarla por algún aspecto dentro del ambiente de mis pesquisas. Este es el caso de Honoré Daumier, probablemente el más calificado de los dibujantes caricaturistas, ilustradores e incluso destacado pintor del siglo xix. Daumier era un extraordinario testigo crítico de su época, tanto en el terreno político como en el social. Hace tiempo, Núria Puig, catedrática de Sociología del INEFC y excelente amiga, conocedora de mis aficiones artístico-deportivas, me hizo llegar gentilmente un bonito libro de caricaturas, titulado Badefreuden mit Daumier (Alegrías del Baño con Daumier), versión alemana de la obra Les Baigneurs (Los bañistas) de Honoré Daumier. Evidentemente no eran dibujos de deporte, pero sí que eran y son un monumento de crítica satírica y social, de aquello que significaban los baños públicos y privados en la mitad del siglo xix. Era la motivación que necesitaba para poder explicar quién fue Honoré Daumier.

Figura 1 ­Perdone, Sr. Alcalde... ¿tendría usted la amabilidad de indicarme si está permitido nadar aquí?

Honoré Daumier nació en Marsella en 1808 en el seno de una familia modesta. Su padre era maestro vidriero con pretensiones literarias, que había escrito poemas, tragedias y odas. A los 7 años de Honoré la familia se trasladó a París, ciudad donde a los 12 años comenzó a trabajar como mensajero de un tribunal de Justicia; entre encargo y encargo acudía con frecuencia al Musée du Louvre, interesándose por Rubens, Rembrandt y Goya. Hacia los 14 años actúa como dependiente de una librería del Palais-Royal, cercana al mercado de estampas de Lenoir y Jauffrey. Casi simultáneamente el artista fue alumno del taller de Alexandre Lenoir, un amigo de su padre, pintor y arqueólogo, profesor en "l'Athénée royal des arts" de París, donde aprendió a dibujar y pintar; comenzó su carrera artística realizando anuncios publicitarios. En "la Academia Suiza" y en "la Academia Boudin" encontró a los pintores Théodore Leblanc, Louis-Henri de Rudder, Philippe Auguste Jeanron y al escultor Antoine-Auguste Préalt. Entre 1822 y 1824 realizó los primeros ensayos de litografía, siguiendo la técnica descubierta en 1796 por Senefelder que, por entonces, prestaba un importante servicio a la prensa de París, porque permitía difundir las informaciones aparecidas en los diarios extranjeros.

Figura 2 Clases mutuas. "¡Ánimo, viejo! Las burbujas no son farolillos. Aguantan el agua."

En 1828 realiza las primeras litografías para La Silhouette, y el 1830 inicia la que sería larga colaboración en La Caricature; ambas publicaciones habían sido fundadas y eran propiedad de Charles Philipon, enemigo declarado del régimen del rey Louis-Philippe d'Orleans. Daumier estaba muy sensibilizado contra las injusticias de la monarquía y su ironía y sátira animadas de un sutil humorismo son características de sus múltiples caricatures y le proporcionaron una gran popularidad. Le Caricature, con anterioridad a 1834, había sido clausurada más de 26 veces y Philipon había sido encarcelado y multado en diferentes ocasiones. En 1832 Honoré inicia su colaboración en Le Charivari, fundado también por Philipon y especialmente dirigido a la lucha política y a ocupar el lugar de La Caricature cuando ésta era castigada. Justamente aquel año, en una caricatura titulada "Gargantúa" (gigante glotón y devorador insaciable, protagonista de la novela homónima de François Rabelais) Louis-Philippe era cruelmente satirizado por Daumier, destacando especialmente su desagradable cabeza en forma de pera, que comía todo aquello que el pueblo se veía obligado a proporcionarle en forma de impuestos. Por esta caricatura del "cabeza de pera", que el artista prodigaba con frecuencia, fue multado y condenado a 6 meses de prisión en la Sainte-Pélagie. Hasta entonces Daumier gravaba de 4 a 8 piedras litográficas por semana, que le exigía Philipon, para plasmar las caricaturas, lo cual le impedía dedicar más tiempo a la pintura, hecho que le preocupaba profundamente, porqué él se consideraba especialmente pintor. También por indicación de Philipon publicó entre 1831 y 1833 una serie de retratos caricaturescos de políticos de su tiempo, de los cuales realizó 45 bustos en terracota policromada; de éstos se conservan 36 reproducciones en bronce.

Figura 3 ­¡Cochero! ¿Tiene dos asientos libres?

Figura 4 Ejercicio en seco. "Si se ha realizado este ejercicio durante tres meses de forma ininterrumpida y es trasladado sin miramientos a la «categoría de pez»... entonces incluso el más tímido puede demostrar su arte sin temor."

Figura 5 Baño de mujeres a "4 sous". "Perdón, observen únicamente a la gorda Fifí... todos se habrían jugado la cabeza en que al natural parecería una Venus... ¡que porquería!"

En 1833, después del encarcelamiento de Daumier, se adoptaron leyes sobre la censura, lo cual provocó que éste abandonara la sátira política y se viera obligado a dedicarse a la crítica costumbrista. Son de esta época las series "Robert Macaire", "Moeurs conjugales" ("Costumbres conyugales"), "Profils et silhouettes" ("Perfiles y siluetas"), "Les Canotiers parisiens" ("Los Remeros parisinos"), "Les Bas-bleus" ("Las Medias-azules"), "Pastorales" ("Pastorales"), "Histoire ancienne" ("Historia antigua"),"Les Bons Bourgeois" ("Los Buenos Burgueses"), "Les Gens de Justice" ("La Gente de la Justicia"), "Le journée de M. Coquelet" ("La jornada de M. Coquelet"), "Les Philanthropes du jour" ("Los Filántropos del día"), "Actualité" ("Actualidad"), "Les Baigneuses" ("Las bañistas"), "Les Baigneurs" ("Los bañistas"). En cada una de estas series aborda de forma crítica y satírica un tema de actualidad a través de múltiples personajes caricaturescos.

Figura 6 Escuche, usted está en la mejor edad. Cuando un hombre es tan elegante y se mantiene tan bien sobre el agua el monitor se alegra! Tómese seriamente las clases, beba de cuando en cuando un par de vasos y podrá competir con todos.

Figura 7 ¡Aquí tenéis un diablillo delfín! Siempre estaría en el agua si no lo sacáramos.

Después de la revolución de 1848, que provocó la abdicación del rey Louis Philippe y la proclamación de la Segunda República, Daumier se reencuentra con su producción de sátira política. Participó en un concurso gubernamental sobre la figura de la República, siendo seleccionado. No terminó la obra, pero ésta se encuentra en el Musée D'Orsay. Cuando entre 1858 y 1860 es despedido de Le Charivari porque sus dibujos son demasiado subversivos, decide dedicarse únicamente a la pintura. Al morir el director Philipon en 1863, se reintegra de nuevo a la revista, donde en 1872 publica la última caricatura.

En sus pinturas no hay ironía, sino un cierto grado de romanticismo. Daumier era uno de los pocos artistas románticos como pintor. Durante toda su vida, el público se mostró indiferente por su trabajo pictórico. Había expuesto en los Salones de París de los años 1849, 1851, 1861 y 1869, pero solamente realizó una exposición individual. Fue cuando algunos amigos, para animarlo, organizaron una en París un año antes de su muerte, en la cual se expusieron 97 cuadros. Sin embargo, Charles Baudelaire decía que en aquella época, únicamente habían en París dos personas que dibujasen tan perfectamente como Delacroix. Una era Daumier, la otra, Ingres. Para él Daumier, era "Uno de los hombres más importantes del arte moderno".

Hacia 1865 Daumier tiene dificultades financieras y se traslada a Valmondois, localidad a algunos kilómetros de París, a una casa que le prestó su amigo Corot. Éste compró secretamente para Daumier una casa y le escribió: "Viejo camarada, tengo una casita que no utilizo en Valmondois. Pienso poder ofrecérsela a usted, y como que creo que es una buena idea, ya la he inscrito a su nombre en el notario". Este gesto le proporcionó al artista algunos años de serenidad y tranquilidad. Honoré Daumier murió en Valmondois en 1879. Un año después, por concesión del Estado, fue exhumado del cementerio de Valmondois y trasladado al cementerio de Père Lachaise de París, al lado de su amigo Corot.

Figura 8 De ninguna manera vuelvo a entrar aquí dentro... Creo hay cangrejos.

La obra de Daumier es inmensa en cantidad y calidad. Navegando por Internet se hace patente este hecho, por que casi me atrevería a decir que es posible encontrar referencias de sus 4.000 litografías, de sus 800 dibujos, de sus 300 pinturas y de sus esculturas.

Les Baigneurs (Los Bañistas). El 2 de agosto de 1843, se anunciaba en El Chirivari la publicación de un álbum de 30 litografías de Honoré Daumier titulado "Les Baigneurs". Estaba integrado por litografías que se habían publicado en el periódico entre el 11 de junio de 1839 y el 19 de septiembre del 1842. Se trata de un conjunto de dibujos grotescos y divertidos sobre escenas de baño, al aire libre o en casas de baños. Éstas, por entonces, eran relativamente modernas, porque no fueron conocidas hasta finales del siglo XVIII. Los personajes son especialmente hombres, algunos pocos de ellos con aspecto de políticos, soldados o policías.

Daumier había tratado en otras ocasiones el tema de los baños, en las series: "Les Baigneuses", 1847 ("Las Bañistas"); "Croquis aquatique", 1853-1856 ("Croquis acuático"); y "Croquis d'été", 1853-1865 ("Croquis de verano".

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