INTRODUCCIÓN
El uso de sustancias, fármacos y métodos para mejorar el rendimiento en el trabajo o en el mundo deportivo data de hace siglos. Es conocida la costumbre ancestral de determinadas poblaciones de tomar sustancias como la raíz de ginseng (China), la hoja de coca (Perú) o derivados de hongos (países escandinavos), con la finalidad de aumentar su resistencia, disminuir la sensación de fatiga o estimular el espíritu de combate1.
En el deporte de alto rendimiento continuamente se buscan nuevos métodos y técnicas para mejorar las marcas deportivas y batir récords. Una forma ajena a la concepción del entrenamiento deportivo consiste en la administración y la utilización de sustancias y métodos prohibidos por los reglamentos de las organizaciones deportivas, conocida también como "dopaje".
Antes de 1960, deportistas, técnicos y médicos simulaban desconocer los efectos de la administración de estas sustancias, de forma que el hecho de consumirlas para mejorar el rendimiento era comúnmente aceptado. El punto de inflexión que inició la lucha contra el dopaje fue la creación del primer laboratorio especializado en la detección de sustancias dopantes (Florencia, 1961).
La trágica muerte televisada del ciclista Tommy Simpson durante el Tour de Francia de 1967 fue el desencadenante que cambió la perspectiva que hasta entonces se tenía sobre el dopaje. El Comité Olímpico Internacional (COI) se vinculó firmemente en la lucha contra el dopaje con la creación de la Comisión Médica del COI, la cual comenzó a realizar controles antidopaje en los Juegos Olímpicos de México en 1968.
La Carta Internacional de la Educación Física y el Deporte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), adoptada el 21 de noviembre de 1978 en París, se hizo eco por primera vez de las inquietudes suscitadas por el dopaje. En 1999, con el objetivo de crear una normativa antidopaje común para todos los países y federaciones, se creó la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), organismo que se encarga en la actualidad de dirigir y coordinar la lucha contra el dopaje en el deporte. Gracias a dicho organismo, en 2003 se creó el Código Mundial Antidopaje, que entró en vigor el 1 de enero de 2004, asegurando así que todos los deportistas (independientemente de su nacionalidad) estén sometidos a las mismas reglas y reglamentos antidopaje.
El dopaje de define como "la violación de una o más de las reglas antidopaje descritas entre el artículo 2.1 al 2.8 del Código" (AMA, Código Mundial Antidopaje). Entre las violaciones de las reglas antidopaje se encuentran: presencia en la muestra de una sustancia prohibida o sus metabolitos, uso o intento de uso de una sustancia prohibida, la no entrega de las muestras requeridas sin justificación alguna, la no disponibilidad del deportista en el período de test fuera de la competición, intento o manipulación del control antidopaje, posesión y/o tráfico de sustancias o métodos prohibidos, y administrar o intentar administrar sustancias o métodos prohibidos a cualquier atleta.
Según Kayser y Smith2, las políticas antidopaje se basan en cuatro razones para luchar contra el dopaje. Éstas son la necesidad de:
Igualar el nivel competitivo.
Proteger la salud de los deportistas.
Preservar la integridad del deporte.
Ser un "buen" modelo para la sociedad.
Anualmente la AMA publica una lista de sustancias y prácticas prohibidas dentro y fuera de la competición (tabla I) que debe ser asumida por los organismos que firmaron el documento de adhesión a la AMA (COI, Federaciones Internacionales, etc.). Como figura asimismo en un anexo a la Convención Internacional contra el Dopaje en el Deporte de la UNESCO, también es vinculante para los países que hayan ratificado dicho acuerdo, como es el caso de España. Inicialmente el criterio de inclusión en la lista se debía a razones deportivas (sustancias que aumentaban el rendimiento), pero además se incorporaron otras razones (seguridad del deportista, no aceptación social e intento de enmascarar el dopaje)3.
A pesar de que el dopaje ha dañado la imagen de ciertos deportes, algunos autores se han manifestado claramente partidarios de su uso en el mundo deportivo4, aunque han sido duramente criticados por otros5. Kayser y Smith2 han criticado la actual política antidopaje de la AMA afirmando que se debería legalizar el uso de las sustancias dopantes "saludables", dejando a un lado las razones morales del juego limpio.
El uso de sustancias dopantes no se ha centrado sólo en la práctica deportiva de élite, sino que también se ha extendido al deporte recreativo, con fines competitivos y/o estéticos. Una reciente investigación muestra que en países desarrollados (EE.UU. o Suecia) aproximadamente el 1% de la población hace uso de esteroides anabólicos andrógenos (EAA)3, lo que supone un importante problema social.
El principal objetivo de este estudio es analizar la evolución de los resultados de los controles antidopaje desde 1968 hasta la actualidad. Este análisis se ha llevado a cabo considerando diversas variables: número de países participantes, deportis tas, controles realizados y positivos sancionados. Igualmente se quiere analizar si el hecho de realizar un mayor número de controles conlleva un mayor número de positivos sancio nados.
MATERIAL Y MÉTODO
Se han investigado los casos de dopaje en los Juegos Olímpicos de verano desde 1968 hasta 2008, recopilando datos de un total de 11 Olimpiadas. La obtención de datos se ha realizado a través de la página Web oficial del COI6 y de la AMA7, contrastados a su vez con documentos de prensa especializada.
En cada Olimpiada se han recogido datos relativos a: número de deportistas participantes, número de controles antidopaje, casos positivos detectados, sustancia dopante empleada, nacionalidad del atleta sancionado y número de países participantes. Todos los datos están contrastados al menos por dos fuentes diferentes.
Análisis estadístico
Los datos se presentan como número de casos y porcentajes. Previo al análisis inferencial se valoró la distribución normal de las variables estudiadas mediante el test de KolmogorovSmirnov. Se realizaron correlaciones simples de Pearson entre las variables más relevantes. Todos los análisis se realizaron con SPSS v 14.0, y el nivel de significación fue del 5%.
RESULTADOS
Desde los Juegos Olímpicos de 1968 han representado a sus países 91.685 deportistas (muchos de ellos en más de una Olimpiada), de los cuales 94 han sido sancionados por la violación de una o más de la reglas antidopaje descritas anteriormente. El número total de controles antidopaje realizado ha sido de 21.849 (tabla II).
El número de deportistas y países participantes prácticamente se ha doblado en el período 19682008. A partir de 1980 (Moscú), el número de deportistas, países participantes y pruebas antidopaje ha aumentado en cada Olimpiada. Por el contrario, esta asociación no se produce al contabilizar el número de casos positivos. El mayor número de casos positivos (26) tuvo lugar en 2004 (Atenas), con el 0,23% de los deportistas sancionados. Esta Olimpiada también obtiene el mayor ratio de casos positivos por país participante (0,13).
La relación entre el número de positivos y el de controles realizados es la siguiente: 94 positivos y 21.849 controles realizados desde 1968 hasta la actualidad, lo que supone un porcentaje de positivos del 0,46%. El valor más elevado se encuentra en Montreal 1976, donde el 1,40% de las pruebas realizadas fallaron en positivo. Por el contrario, en Moscú 1980 ninguna de las 645 pruebas realizadas resultó positiva (fig. 1).
Figura 1 Relación entre el número de positivos y el de controles.
Existe correlación entre el número de deportistas y controles (r = 0,86; p < 0,05), aunque no así entre el número de positivos y deportistas (r = 0,47; p = 0,142) ni entre el número de positivos y controles (r = 0,53; p = 0,093).
En los primeros años de lucha contra el dopaje, el porcentaje de deportistas sometidos a controles presenta altibajos constantes, alguno de ellos muy acentuado. Así, en Munich 1972 el 29,14% de los deportistas fueron sometidos a controles, mientras que en los Juegos Olímpicos anterior y posterior este porcentaje se mantuvo próximo al 1213%. Desde Atlanta 1996 hasta los últimos Juegos en Beijing 2008, el porcentaje de deportistas sometidos a pruebas antidopaje ha aumentado considerablemente (18,64% frente a 42,86%) (fig. 2).
Figura 2 Porcentaje de deportistas sometidos a pruebas antidopaje.
Casos positivos por continentes
Europa es el continente que mayor porcentaje de casos positivos ha dado a lo largo de la historia (59; 62,67% del total), seguido de Asia (18; 19,15%), América (11; 11,70%), África (4; 4,26%) y Oceanía (2; 2,13%). La figura 3 muestra la evolución detallada de cada continente en relación con los casos de dopaje.
Figura 3 Evolución de los casos de dopaje por continente.
Exceptuando los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, en el resto siempre han existido casos positivos por dopaje de deportistas europeos. Oceanía y África son los continentes que menos sanciones acumulan por dopaje, respectivamente (2 y 4 positivos desde 1968).
Existe un claro predominio del uso de anabolizantes frente al resto de las sustancias, y se ha sancionado a 46 deportistas por su consumo. El resto de positivos se distribuye de la siguiente forma: 19 estimulantes, 11 diuréticos, 10 hormonas y sustancias relacionadas, 2 bloqueadores beta y 1 alcohol. Además, 5 deportistas fueron sancionados en Atenas 2004 por eludir y/o falsificar los controles antidopaje (fig. 4).
Figura 4 Sustancias empleadas a lo largo de la historia del dopaje. AAN: agentes anabolizantes; ALC: alcohol; β-BLOQ: bloqueadores beta; DIU: diuréticos; EST: estimulantes; HOR: hormonas y sustancias relacionadas; OTROS: falsificación o elusión de la prueba.
DISCUSIÓN
En total se han identificado 94 casos positivos en un total de 21.849 controles antidopaje. Basándose en las 3 principales variables estudiadas (deportistas, controles y positivos), se ha encontrado correlación significativa entre el número de deportistas y de controles realizados, aunque no así entre el número de positivos y deportistas (p = 0,142) ni entre el de positivos y controles (p = 0,093). Los 0 positivos de los Juegos boicoteados de Moscú y la reciente política de controles antidopaje en los entrenamientos previos a la estancia olímpica pueden afectar de forma notable esta correlación.
Europa es el continente que mayor número de sanciones presenta en la historia del dopaje, con 59 (62,67% del total). Para poder valorar este dato es necesario tener en cuenta que también es el continente representado por un mayor número de países en los Juegos Olímpicos.
El valor más elevado de "efectividad" de los controles antidopaje se encuentra en Montreal 1976, donde el 1,40% de los controles dieron positivo. Otro dato que merece destacarse es la ausencia de casos positivos en Moscú 1980, que supuso una llamativa excepción a los resultados cosechados en los Juegos Olímpicos pre y post Moscú (11 en Montreal 1976; 12 en Los Ángeles 1984). Dichos Juegos fueron boicoteados por los estadounidenses, campaña que fue respaldada de inmediato por Alemania Federal, Japón, Canadá, Kenia y China; a pesar de las ausencias, se lograron 33 nuevos récords del mundo, sin ningún positivo. Atenas 2004 posee el récord de deportistas sancionados, con 26, dato que parecía apuntar a que en Beijing 2008 se iba a superar esta cifra. La política de controles antidopaje previos a la estancia olímpica y en los entrenamientos, así como el endurecimiento de las sanciones, podría justificar que sólo se sancionara a 9 deportistas.
Los primeros casos positivos por hormonas y sustancias relacionadas se dieron en Los Ángeles 1984 (2 casos por testosterona) y reaparecieron 20 años después en Atenas 2004 (2 casos por testosterona y 3 por eritropoyetina [EPO]) y recientemente en Beijing 2008 (2 positivos por testosterona y 1 por EPO).
Existe una discusión abierta en relación al consumo de ciertas sustancias y los efectos que éstas provocan en el organismo. Algunos estimulantes, entre ellos la cafeína, la efedrina y la seudoefedrina, dejaron de considerarse dopaje desde los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Es decir, deportistas cuyas muestras revelen consumo de estas sustancias pueden competir sin problemas. Pero ¿y los que fueron sancionados o desposeídos de sus logros por este motivo? Nos encontramos con la duda de si el consumo de estas sustancias realmente mejora el rendimiento de los deportistas. La literatura científica muestra controversias respecto a este tema; algunos estudios811 afirman que la administración de cafeína mejora el rendimiento deportivo. Por el contrario, otros estudios12,13 afirman que no lo mejora. Existe, pues, una disyuntiva acerca del uso de estas sustancias; si han estado prohibidas durante casi 40 años y al parecer pueden mejorar el rendimiento en algunas disciplinas deportivas, ¿por qué está permitido su consumo en la actualidad?
Para finalizar, cabe mencionar que desde Moscú 1980 (año en que se hizo el menor número de controles antidopaje: 645) se han realizado en cada celebración olímpica un mayor número de controles antidopaje, aunque no siempre han sido sancionados un mayor número de casos positivos. Para obtener una valoración objetiva de la efectividad de los controles antidopaje habría que someter a examen a todos los deportistas participantes, hecho que lleva asociado un coste muy elevado.
A día de hoy parece que la lucha contra el dopaje no ha terminado, pero quizá se haya marcado un punto de inflexión en los últimos años. La disminución de casos positivos en Beijing podría estar relacionada con la política de la AMA de hacer más controles antidopaje fuera de la competición, a las mejoras en la educación y atención a los deportistas, y al endurecimiento de las sanciones.
Correspondencia: Luis Gracia Marco (lgracia@unizar.es).
Recibido el 12 de enero de 2009 / Aceptado el 26 de febrero de 2009