El ámbito de la cardiología dedicada a la detección de enfermedades cardíacas en sujetos deportistas y al estudio de la adaptación del corazón del atleta a la práctica deportiva se conoce como Cardiología del deporte. Teniendo en cuenta la elevada prevalencia en nuestra sociedad de enfermedades cardíacas graves, como la cardiopatía isquémica, la atención al corazón del sujeto deportista, paradigma de salud, ha sido generalmente poca. Es decir, los cardiólogos se han dedicado poco a la Cardiología del deporte, porque afortunadamente la mayoría de deportistas es gente sana, y si alguna cosa ha demostrado el deporte y el ejercicio físico, en términos generales, no es otra que ser una gran herramienta de prevención de la enfermedad cardiovascular.
En las últimas décadas, en cambio, coincidiendo con la gran explosión del deporte popular y la adopción indiscriminada de prácticas físicas intensivas y, en algunas ocasiones, preparadas de forma inadecuada, han surgido dos claras demandas asistenciales. Por un lado, una necesidad de medidas preventivas ante el terrible acontecimiento de la muerte súbita del deportista; a pesar de ser un fenómeno conocido desde la antigua Grecia, la popularización del deporte y la disponibilidad de los medios de comunicación ha incrementado la conciencia social del problema. Por lo tanto, existe un interés y una necesidad crecientes de introducir programas que minimicen la incidencia de estos eventos fatales. Por otro lado, estas prácticas han ocasionado cada vez mayor evidencia de una adaptación cardíaca «diferencial» en algunos sujetos, que incluso podría parecerse a fases incipientes de algunas enfermedades cardíacas. El diagnóstico diferencial y el tratamiento y prevención específica de las mismas supone actualmente un reto para la cardiología, en un escenario en donde la «enfermedad» ciertamente va por delante del conocimiento clínico. Por consiguiente, una segunda necesidad consiste en profundizar en el conocimiento de cómo se adapta el corazón al ejercicio y al entrenamiento, cómo distinguir la variabilidad individual y la normalidad de la patología y cómo evaluar el impacto de la actividad física en algunos hallazgos preclínicos. Todo un reto al frente de esta área de interés cardiológica, que en los últimos 15 años ha quintuplicado su producción científica en base al número de artículos publicados anualmente (Fuente: Web of Knowledge).
Cataluña siempre ha sido un país pionero y también lo han sido nuestros cardiólogos. Así, aunque la tradición cardiológica ha prestado globalmente poca atención a ese campo, hace ya muchos años que la cardiología catalana cuenta con profesionales expertos y centrados en la cardiología del deporte, como el Dr. Santiago Tintoré o el Dr. J. Ricard Serra-Grima, reconocidos expertos internacionalmente por sus contribuciones en este campo. Per tanto, no es extraño que la tradición se haya perpetuado y sigamos teniendo una continua producción científica en este campo, como lo demuestra la edición actual de la revista Apunts. MedicinAdel’esport, cuyas páginas incluyen distintos temas cardiológicos en deportistas.
Sin duda, esta historia fructífera no hubiera sido posible sin la implicación y la estrecha colaboración, a la vez que el impulso, de la Medicina del deporte en Catalunya. La gran red asistencial, y la docente y de investigación en Medicina del deporte, han llevado de la mano el desarrollo de la Cardiología del deporte y lo han hecho de forma colaborativa, con una primera línea de asistencia médica al deportista por parte de la primera y una segunda línea de consultoría con los de la segunda. Un modelo que ha permitido llegar a muchos deportistas y que, como todo modelo de equipo multidisciplinario, ha hecho crecer lo mejor de cada uno. Los médicos del deporte han incorporado el conocimiento cardiológico especializado y los cardiólogos han entendido que el deportista es un paciente con unas necesidades y unas peculiaridades diferentes que los que habitualmente se ven en un hospital o consulta cardiológica y que, por tanto, precisa una atención específica. Deseamos que esta colaboración tan necesaria para cubrir las crecientes necesidades asistenciales de los deportistas crezca y prospere durante muchos años más.
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