INTRODUCCIÓN
Los deportes de equipo, como el hockey, el baloncesto y el balonmano, entre otros, requieren jugadores que puedan realizar un número elevado de sprints cortos, intercalados con períodos de recuperación o períodos de intensidad. Algunos de estos sprints están separados por espacios de tiempo lo suficientemente largos (> 1 min) como para permitir recuperaciones completas o casi completas y, consecuentemente, que el rendimiento en el sprint no se vea mermado1. Sin embargo, recientes análisis del juego han mostrado que algunos de estos sprints están separados por cortos períodos de recuperación (< 30 s)2, y esto hace que la capacidad de sprint se vea afectada de forma negativa3.
Por lo tanto, la habilidad de producir un ratio de potencia elevada y realizar sprints a alta velocidad es esencial en el rendimiento en deportes colectivos de cooperación-oposición4 como son el baloncesto y el balonmano. A pesar de la importancia de este tipo de esfuerzos, poco se sabe sobre qué factores limitan el ejercicio intermitente de alta intensidad (EIAI) y cómo se puede mejorar5,6.
Por lo tanto, uno de los requerimientos en los jugadores de deportes colectivos es la habilidad de desarrollar sprints de corta duración (< 10 s) con cortos períodos de recuperación (< 30 s) de forma repetida, y esto se ha definido como capacidad de realizar sprints repetidos (RSA, repeated sprint ability)7. El término RSA fue introducido por primera vez por Fitzsimons et al en 19938 y hace referencia a la habilidad de reproducir sprints máximos de forma regular9.
La capacidad de realizar sprints repetidos ha sido el argumento de recientes estudios tanto de laboratorio1,6,9,10-21 de campo3,8,22. Sin embargo, son escasos los estudios que investigan la capacidad de realizar sprints repetidos en competición en deportes de equipo23,24 (tabla I).
Esta indeterminación en cuanto a tiempos y recuperaciones en todas las pruebas de RSA viene en parte justificada por la gran variabilidad de esfuerzos que se pueden encontrar en los distintos deportes de equipo, donde el tiempo total de juego y las pausas pueden variar considerablemente (90 min de juego en fútbol, frente a 40 min en fútbol sala), al igual que la distancia o duración de los sprints, la intensidad de éstos y el tiempo de recuperación entre ellos, lo cual hace variar el ratio esfuerzo/ descanso entre los diferentes deportes de equipo.
Por lo tanto, el objetivo de nuestro estudio es determinar las diferencias y semejanzas existentes en los resultados obtenidos de un test de RSA (8 × 30 m, con 25 s de recuperación) entre deportistas de deportes colectivos de cooperación-oposición de diferentes disciplinas (baloncesto y balonmano) y de diferentes niveles (amateur y profesionales). Dadas las semejanzas encontradas por otros autores en deportes con esfuerzos más dispares al del presente estudio, nuestra hipótesis de trabajo es que no hay diferencias significativas en cuanto a los niveles de rendimiento en las variables analizadas en el test RSA entre jugadores amateurs y profesionales, ni entre los grupos de baloncesto y de balonmano.
MÉTODO
Sujetos
En el presente estudio participaron 30 hombres (peso: 86,4 ± 11,7; talla: 1,88 ± 0,09; edad: 22,6 ± 3,71) de deportes colectivos divididos en 4 grupos:
Ocho sujetos pertenecientes a la categoría baloncesto profesional (BCp), pertenecientes al club Melilla Baloncesto, que militan en Liga LEB (segunda estatal) (edad [años]: 25,62 ± 3,70; peso [kg]: 90,92 ± 15,71; talla [m]: 1,97 ± 0,09).
Ocho sujetos pertenecientes a la categoría baloncesto amateur (BCa), pertenecientes al equipo senior de La Zubia (edad [años]: 22,75 ± 3,73; peso [kg]: 78,25 ± 7,88; talla [m]: 1,85 ± 0,05) y que compiten en Liga Nacional (Cuarta estatal).
Seis sujetos pertenecientes a la categoría balonmano profesional (BMp), pertenecientes al CD Universidad de Granada, que participan en la División de Honor B (segunda estatal) (edad [años]: 20,16 ± 1,72; peso [kg]: 90,1 ± 8,15; talla [m]: 1,90 ± 0,07).
Ocho sujetos pertenecientes al grupo balonmano amateur (BMa), del CD Universidad de Granada, que compiten en Segunda División (cuarta estatal) (edad [años]: 21,25 ± 3,10; peso [kg]: 87,35 ± 10,48; talla [m]: 1,80 ± 0,06) (tabla II).
Procedimiento y materiales
El protocolo consiste en efectuar un sprint máximo de 30 m entre la salida (A) y la llegada (B) y luego realizar un trote suave de recuperación hasta el inicio en 25 s. Este proceso se repite en 8 ocasiones, y se registra el tiempo en cada una de ellas. Las células fotoeléctricas están situadas a 0, 10, 20 y 30 m (fig. 1).
Figura 1 Diagrama del test RSA 8 × 30 m, con 25 s de recuperación.
El sujeto se sitúa a 0,30 m del haz de luz de la primera fotocélula, con un pie adelantado y el tronco en posición vertical. La primera barrera de fotocélulas se coloca a 0,50 m del suelo para evitar que el sujeto la corte con el tronco antes de salir, y las demás barreras se sitúan a 1,60 m. El cronómetro que controla las fotocélulas se pone en marcha cuando el sujeto corta la barrera inicial y se para cuando éste atraviesa la última barrera de células fotoeléctricas. Para evitar que los sujetos disminuyan la velocidad, al final de la prueba se colocaron dos conos a 1,5 m de distancia de la última barrera, instruyendo a todos los sujetos para que corrieran a la máxima velocidad hasta ese punto.
Asimismo, para controlar el tiempo de recuperación se pone en marcha el cronómetro una vez cortada la última fotocélula, lo que permite dar un feedback a los participantes informándoles del tiempo que les resta para llegar a la línea de salida y comenzar el siguiente sprint.
Para calcular el índice de fatiga de los sujetos hemos empleado el propuesto por Fitzsimons et al8, denominado índice de fatiga de Fitzsimons (IFF), calculado mediante la siguiente fórmula:
Antes de la prueba, todos los participantes de la investigación realizaron un calentamiento de 15 min de duración que consistió en ejercicios generales con desplazamientos, estiramientos, aceleraciones y progresiones.
Para realizar el test, el material utilizado fue: 4 barreras de fotocélulas, situadas en 0, 10, 20 y 30 m; un flexómetro de 30 m, para medir la distancia; dos conos, y un cronómetro para calcular el tiempo de recuperación.
El diseño experimental utilizado en esta investigación se encuadra dentro de los diseños entre-grupos, concretándose en un diseño multigrupo. La variable independiente es la categoría y deporte practicado, con 4 niveles: BMa, BMp, BCa y BCp. Las variables dependientes son: el tiempo total (0-30 m) y los tiempos parciales (0-10, 10-20, 20-30) y la media, el mejor y peor tiempo de sprint, la velocidad total, las velocidades parciales y la media, el índice de fatiga de Fitzsimons (IFF) total, parciales y medios, la sumatoria de tiempos, la aceleración de 0 a 10 m, la potencia absoluta total y la potencia relativa total y parciales.
Análisis estadístico
Se realizó una estadística descriptiva de todas las variables dependientes totales y parciales. El análisis inferencial se aplicó sólo a los datos totales (0-30 m). Para comparar los 4 grupos en el ámbito del RSA se aplicó la técnica del análisis de la varianza con un factor (Anova I) que en este caso es el grupo y tiene efecto fijo. Para la aplicación de esta técnica es necesario que se cumplan los supuestos de independencia, aleatoriedad, normalidad y homocedasticidad (varianzas iguales). En este sentido, es evidente que cada uno de los 4 grupos es independiente de los demás. Por otro lado, la aleatoriedad queda confirmada por el test de rachas, mientras que mediante el test de Kolmogorov-Smirnov se establece la normalidad de las variables en cada uno de los grupos. Finalmente, se aplicó el test de Levene para igualdad de varianzas. De ello se concluye que las variables velocidad media, suma de tiempos, aceleración 0-10 media y potencia relativa media no tienen varianzas homogéneas. Por tanto, para estas variables el estadístico en el que se basa el Anova I será sometido a la corrección de Brown-Forsythe. También se aplicó la prueba de Spearman para establecer correlaciones entre las variables. En cuanto al índice de fatiga, se realizaron técnicas de análisis de la varianza con medidas repetidas de un factor (Anova-MR).
RESULTADOS
En cuanto a los datos temporales totales (0-30 m) obtenidos en cada sprint y la media de los mismos, cabe destacar que el grupo más rápido fue el de BMp (4,57 ± 0,11), seguido por el de BCa (4,61 ± 0,24); los dos grupos más lentos fueron los de los jugadores BMa (4,77 ± 0,46) y, finalmente, los de BCp (4,84 ± 0,31) (tabla III).
En referencia a la sumatoria de tiempos, calculada como la suma del tiempo invertido en los 8 sprints, el grupo que menor sumatoria obtuvo tanto para valores totales (0-30 m) como acumulados (0-10, 0-20) fue el de BMp (0-30 m: 36,52 ± 0,57 s) seguido por el BCa (0-30 m: 36,56 ± 0,96 s), después BMa (37,32 ± 1,89 s) y por último el de BCp (38,73 ± 2,38) (fig. 2).
Figura 2 Valores medios de la sumatoria de tiempos en 0-10 m, 0-20 m y 0-30 m.
Aunque no hubo diferencias significativas entre los 4 grupos en los parámetros temporales, cabe destacar que sí se encontró una correlación negativa entre la sumatoria de los tiempos de los 8 sprints y la velocidad media y potencia relativa media en los 4 grupos. Esto es, cuanto mayor es la suma de tiempos, menores son la velocidad y la potencia relativa medias en los individuos de los 4 grupos.
Por otro lado, la suma de tiempos está correlacionada positivamente con el índice de fatiga en los grupos de BMa y BCp, es decir, en estos dos grupos, a mayor suma de tiempos mayor es el índice de fatiga. En estos dos grupos el índice de fatiga está correlacionado positivamente con la potencia relativa media y con la velocidad media en el de BCp.
En cuanto a las velocidades totales (fig. 3) y parciales, cabe destacar que tanto en el total de la prueba (0-30 m) como en el primer parcial (0-10 m) el grupo con velocidad media mayor fue el BMp, seguido del grupo BCa, después el BMa y finalmente el BCp.
Figura 3 Velocidad total (0-30 m) y media de los 8 sprints entre los cuatro grupos.
En los parciales 10-20 m y 20-30 m el grupo con mayor velocidad media fue el BCa y el que obtuvo peor velocidad media fue el BCp, mientras que en 10-20 m el segundo mejor resultado fue para el BMa, seguido del BMp; estos dos grupos alternaron las posiciones en el último parcial (20-30 m).
En 0-30 m se cumple en todos los grupos que, a mejor resultado de velocidad media, mayor es el decremento entre la velocidad entre el primer y el último sprint (velocidad media y decremento entre S1 y S8 para BMp: 6,58 y 0,59; para BMa: 6,36 y 0,52; para BCp: 6,22 y 0,32; para BCa: 6,53 y 0,57), Esta relación no se cumplió en las velocidades parciales.
Se observa el descenso de velocidad en todos los grupos entre el primer sprint (S1) y el último (S8), tanto en la velocidad total como en las parciales (tabla IV).
En cuanto a los datos referentes a la aceleración obtenida en los 10 primeros metros, cabe destacar que hay un descenso de ella en todos los grupos entre el primer y el último sprint; el mejor resultado lo obtuvo el grupo BMp (2,79 ± 0,20), seguido de BCa (2,69 ± 0,24), BMa(2,56 ± 0,23) y, por último, BCp (2,19 ± 0,18) (fig. 4).
Figura 4 Valores medios de la aceleración (m·s-1) en la distancia comprendida entre 0 y 10 m.
Sí se encontró entre la aceleración 0-10 media y la potencia relativa media una correlación positiva en los grupos BMa y BCp (p < 0,05). Además, el grupo BMa presenta correlación positiva con la potencia absoluta media (p < 0,05).
En referencia al IFF, hay un incremento de la fatiga conforme aumenta el número de sprints realizados tanto en la distancia total como parciales para los 4 grupos. En 0-30 m el grupo que presenta menor IFF es BCa (-5,62 ± 3,66), seguido de BMa (-5,86 ± 4,15), luego de BMp (-6,17 ± 3,69) y, por último, de BCp (-6,62 ± 3,94) (fig. 5).
Figura 5 Índice de fatiga de Fitzsimons (IFF) de 0 a 30 m entre los 4 grupos.
El IFF parcial de 0-10 m va a favor de los equipos profesionales, BCp (-6,09 ± 4,41) y BMp (-6,67 ± 3,91), por ese orden, seguidos de los equipo amateur BMa (-7,28 ± 5,04) y BCa (-7,34 ± 4,95).
En cuanto a los resultados del IFF en 10-20 m, el mejor grupo fue BCa (-5,75 ± 4,88), seguido de BMa (-6,32 ± 4,14), igual que el resultado de 0-30 m, pero en las últimas posiciones se alternan los puestos, y el siguiente grupo es BCp (-6,32 ± 3,56) y, por último, BMp (-7,09 ± 4,65).
En el último tramo (20-30 m) los resultados obtenidos fueron: en primer lugar el grupo BCa (-6,51 ± 5,14), en segunda posición el BMp (-7,18 ± 5,09), seguido de BCp (-8,87 ± 4,85) y, por último, BMa (-9,40 ± 5,58).
Las relaciones significativas (al 5%) que se establecieron para el IFF en este estudio fueron (fig. 6):
Figura 6 Potencia relativa (W/kg) de la distancia total 0 a 30 m entre los 4 grupos.
BMa: IFF 2 < IFF 3 = IFF 4 < IFF 5 = IFF 6 = IFF 7 = IFF 8 (5%)
BCa: IFF 2 = IFF 3 < IFF 4 = IFF 5 < IFF 6 = IFF 7 = IFF 8 (5%)
BMp: IFF 2 < IFF 3 = IFF 4 = IFF 5 = IFF 6 = IFF 7 = IFF 8 (5%)
BCp: IFF 2 < IFF 3 < IFF 4 < IFF 5 = IFF 6 = IFF 7 = IFF 8 (5%)
No hubo diferencias significativas entre los grupos en 0-30 m, pero sí se encontró una correlación significativa entre la potencia relativa media y la velocidad media (p < 0,05). También se observó que cuanto mayor es la sumatoria de tiempo menores son las potencias relativas medias en los 4 grupos (p < 0,05), y en el grupo de BMA y BCp hubo una correlación negativa entre el IFF y la potencia media (p = 0,028 y p = 0,015, respectivamente). Es decir, conforme disminuye la potencia relativa media en ambos grupos, hay un incremento de los IFF. Además, se observa un decremento entre la potencia obtenida entre el S1 y el S8 en los 4 grupos (tabla V): los grupos con mayor descenso de la potencia relativa media son el equipo de BMp (2,65%), seguido por el de BCa (2,52%), y los dos equipos con menor disminución son el de BMa (2,16%) y BCp (2,15 %).
Se parte del supuesto de que los jugadores más rápidos y que consiguen mantener esa velocidad, sin disminuirla, a lo largo de los sprints repetidos son los que mejor RSA obtienen. O lo que es lo mismo: los sujetos con altos valores de velocidad (o bajos valores de tiempo) e IFF bajos son los que mejor RSA obtienen, ya que con este último parámetro se indica la disminución del sprint más rápido a lo largo de las series.
Así, los jugadores con alta velocidad y menor IFF serían los que realizan un mejor RSA y, por lo tanto, los que podrían tener un mayor rendimiento físico en deportes colectivos. Es por ello que en el presente estudio se ha establecido el ratio:
ya que toma valores cada vez mayores a medida que los sujetos realizan un mejor RSA.
DISCUSIÓN
Cabe destacar que no se encontraron diferencias estadísticas entre los grupos en lo referente al ratio hallado en el presente estudio; por lo tanto, no hay evidencias de que un grupo realice mejor el RSA que otro. Esto es debido a la gran similitud entre los esfuerzos y pausas realizados en las diferentes disciplinas deportivas analizadas. Otros autores25 compararon deportes de equipo con mayor diferencia, como hockey y fútbol, sin encontrar diferencias significativas en los parámetros obtenidos en el RSA entre dichos deportes. Así, Bishop y Spencer11 compararon atletas de resistencia y sujetos de deportes colectivos en un test RSA y no encontraron diferencias significativas entre ambos grupos. Hallazgos similares fueron encontrados por Aziz et al25 al comparar jugadores de fútbol y hockey, aunque son escasos los estudios que comparen disciplinas similares y establezcan diferencias entre deportistas amateur y de alto nivel.
A la vista de los resultados, se observa un descenso en todos los grupos entre la velocidad del primer sprint y del último, lo que se da también en las velocidades parciales (que oscilan entre un descenso de 0,59 m/s en BMp a 0,32 m/s en BCp), aunque no hay diferencias significativas entre los grupos (p > 0,05). Hallazgos similares en relación con el descenso entre sprints se han encontrado también en todos los estudios previos realizados sobre RSA1,16,26. Este descenso del rendimiento se ve muy influido tanto por la distancia cubierta en el test como por el tiempo de recuperación.
Así, Balsom et al3,27 realizaron en un estudio cambios en la distancia cubierta durante el test (15, 30 o 40 m, con 30 s de recuperación), y en otro estudio efectuaron cambios en el tiempo de recuperación (30, 60 o 120 s recorriendo una distancia de 40 m); como resultados más relevantes, el incremento en la distancia aumentó la diferencia significativa entre el primer y el último sprints, sin que se encontraran diferencias en sprints cortos (15 m). Con recuperaciones de 30 s también se ha observado, en el segundo estudio, que el tiempo de recuperación influye en el descenso del rendimiento. Estos cambios al modificar los parámetros de distancia y tiempo de recuperación se deben al agotamiento de los recursos energéticos de las vías requeridas en las pruebas de RSA, así como de los recursos metabólicos utilizados para reponer dichas vías y movilizar los catabolitos generados.
En cuanto a los parámetros temporales de nuestro estudio, cabe mencionar que no hubo diferencias significativas (p > 0,05) en cuanto al tiempo medio entre los 4 grupos, pero sí se encontraron diferencias estadísticas en los parámetros de mejor sprint y aceleración en 0-10 m entre BCp y BMp (p = 0,013). Así, podemos afirmar al 5% que el grupo de BMp presentó una mayor aceleración en los 10 primeros metros y un mejor sprint que los jugadores de BCp. Cabe destacar que hubo una correlación alta (r2 = 0,78) en el grupo de baloncesto entre la talla y el tiempo medio de sprint. Estas evidencias nos hacen suponer que la gran diferencia entre los parámetros temporales del grupo de BCp respecto a los sujetos de BMp se debe, en parte, a los malos resultados obtenidos en el RSA por los jugadores de mayor altura. Debido a la especificidad en el juego de estos sujetos (pivots), son varios los estudios28 que apoyan que los jugadores más altos (en baloncesto) recorren una distancia menor en los partidos (bases: 6.100 m; aleros: 5.632 m; pivots: 5.552 m28; bases: 5.913 m; aleros: 5.655 m; pivots: 5.567 m28) y además recorren menos metros a alta velocidad que los jugadores de los otros puestos específicos (a 5-6 m/s, pivots: 191 m, bases: 227 m; a 7-8 m/s: pivots: 8 m, bases: 13 m). Con todo, cabe destacar que las distancias recorridas por los jugadores de baloncesto son dispares de unas investigaciones a otras, y estas diferencias son producto de los estilos de juego donde se tomaron los datos o del nivel de pericia de los jugadores33. No obstante, la mayoría de los estudios coinciden que el base y el alero recorren más metros que el pivot28.
Es por ello que la influencia de los hombres altos en el grupo de BCp profesional hace disminuir los datos medios del grupo, sin que se detecte tanta diferencia entre los resultados de los jugadores de menor altura del grupo de BCp profesional y los resultados obtenidos por los jugadores de los otros grupos. Por ello, se plantean futuros estudios donde se evalúe el perfil y el rendimiento en test RSA por puestos específicos en los diferentes deportes de equipo, así como la antropometría del sujeto con el rendimiento en el RSA.
En cuanto al IFF, cabe destacar que los valores medios de IFF de 0-30 m han sido similares a los encontrados por otros autores en jugadores de deportes de cooperación-oposición distintos a los del presente estudio y usando protocolos RSA algo diferentes al propuesto en esta investigación. Así, en los estudios de Dawson et al9 y de Fitzsimons et al8, en los que realizaron un protocolo en ambos casos de 6 × 40 m con un período de recuperación de 30 s, obtuvieron medias de IFF de 5,6 ± 2,7 y 5,3 ± 2,0, respectivamente. Aziz et al25 realizaron también un test RSA de campo con un protocolo de 8 × 40 m, con 30 s de recuperación para evaluar a 17 jugadores de hockey y 23 de fútbol; los índices de fatiga obtenidos fueron de 6,0 ± 3,5 y 4,9 ± 1,7, y el valor medio combinando de ambos grupos fue de 5,4 ± 2,7, sin que hubiera diferencias significativas entre los grupos. En el estudio de Wadley y Le Rossignol29 realizado con 17 jugadores de fútbol australiano que realizaron un test de 12 × 20 m con 20 s de recuperación, el IFF medio obtenido fue 5,5 ± 3,3. Los datos de IFF medios obtenidos en los diferentes grupos analizados en este estudio oscilan entre 5,62 ± 3,66 como mejor registro, obtenido por el grupo de BCa, y 6,62 ± 3,94 como peor registro, conseguido por el grupo de BCp.
La similitud entre los resultados obtenidos en los diferentes estudios de campo con los obtenidos en el presente estudio confirman la similitud en el tipo de esfuerzos realizados en los diferentes deportes colectivos, así como la implicación de vías y recursos energéticos similares. Como se ha observado, esta similitud se ha dado en protocolos diferentes donde el ratio trabajo/recuperación fue de 1:10 y 1:3, respectivamente, mientra que en el presente estudio es de 1:6 aproximadamente. En disciplinas deportivas distintas las distancias recorridas y los tiempos de recuperación durante la competición llegan a ser muy dispares, sobre todo entre disciplinas de cancha y al descubierto, por lo que es evidente la falta de significación entre los grupos del presente estudio, donde todos realizaron el mismo protocolo y, además, el tipo de esfuerzos entre las disciplinas de baloncesto y balonmano son muy similares, presentando aun más semejanza entre las categorías amateur y profesional del mismo deporte.
Wadley y Le Rossignol29 establecieron una relación entre el mejor sprint y el IFF. Así, los sujetos que consiguen un mayor sprint son los que obtienen valores medios de índice de fatiga más alto. Según los autores, este suceso de debe a que los sujetos capaces de realizar un sprint elevado son los que consiguen deplecionar todas sus reservas de fosfocreatina (PCr) respecto a otros sujetos más lentos. Dado que la recuperación es corta entre sprints, dichos sujetos no resintetizarían la PCr e iniciarían los sprints sucesivos sin tener repletos sus almacenes de PCr y, por ello, aumentarían sus niveles de fatiga. En nuestro estudio no se encontró una correlación significativa entre el mejor sprint y el IFF, aunque sí se encontró una correlación negativa entre el IFF medio en 0-30 m y el peor sprint en el grupo de BCa (p < 0,05), que fue altamente significativa en el grupo de BCp (p < 0,000). Es decir, los sujetos que tienen un peor sprint son los que presentan un IFF menor. Partiendo de los hallazgos de Wadley y Le Rossignol29 se podría afirmar que los sujetos más lentos (peor sprint) no agotan totalmente sus reservas de PCr y pueden realizar el siguiente sprint sin disminuir su rendimiento, ya que sus almacenes de PCr se han restaurado en gran parte en el tiempo de recuperación. Este suceso sólo se produce en los grupos de baloncesto, en el que los jugadores más altos son también los más lentos (p < 0,002).
En cuanto a la distribución por pares, no hay una similitud en el incremento en el IFF entre los grupos, aunque se puede observar que en los dos últimos sprints ninguno de los grupos disminuye aún más el IFF de forma significativa. Esta semejanza en referencia al último sprint se ha dado en algunos estudios previos27,30 y se atribuye a factores motivacionales, ya que los sujetos evaluados obtienen un mayor rendimiento en el último sprint, por la motivación intrínseca que ello conlleva. En cuanto a la disminución producida en los demás sprints, no se puede establecer que siga un patrón fijo entre los grupos. También se observa una mejora entre el IFF del sprint 7 al IFF del sprint 8 en los grupos de balonmano, pero esto no sucede en los grupos de baloncesto, lo que podría deberse a que las distancias completadas por estos últimos en competición no llega a 30 m debido al tamaño reglamentario de la cancha de juego. Posiblemente, los jugadores de baloncesto no tienen sus sistemas energéticos adaptados a cubrir distancias de 30 m: agotan sus reservas de PCr y no pueden restaurarlas para afrontar el siguiente sprint29.
En cuanto a la potencia relativa, no se encontraron diferencias significativas (p > 0,05) entre los grupos. Cabe destacar que los datos obtenidos son similares al de otros estudios donde también se evaluó a jugadores de equipo frente a deportistas de resistencia11. En dicho estudio no se encontraron diferencias significativa entre ambos grupos, aunque los sujetos de deportes colectivos sí obtuvieron valores de potencia mayores que los de resistencia. Es por ello que si en deportes con requerimientos fisiológicos distintos como los de resistencia frente a los colectivos no hubo diferencias significativas, es difícil que en sujetos que practican modalidades deportivas de cooperaciónoposición distintas, pero donde los requerimientos energéticos son similares, se encuentren diferencias estadísticas.
En estudios previos31 se ha demostrado una fuerte correlación entre la recuperación de la potencia y la resíntesis de PCr, y los mecanismos responsables de la restauración de la potencia dependen del tiempo de recuperación. En estudios previos31 se confirmó una fuerte correlación entre la recuperación de la potencia y la resíntesis de PCr, donde la duración de la recuperación fue de 1,5 a 3 min. Pero no hay estudios que demuestren una correlación entre la recuperación de la potencia y la resíntesis de la PCr en períodos de recuperación cortos (p. ej., 25 s)11.
Se ha observado en los grupos de BMp y BCa una relación positiva significativa entre la potencia relativa en el primer sprint (BMp: 9,38 ± 1,20 W; BCa: 9,40 ± 1,38 W) y el descenso mayor de la potencia relativa entre el primer y último sprint (2,65 y 2,52%, respectivamente) (p < 0,05), y los sujetos de estos grupos son los que más potencia presentan en el primer sprint y a su vez los que disminuyen más dicha potencia conforme van completando el número de sprints. Esto puede explicarse porque los sujetos capaces de generar una gran potencia son los que agotan en mayor medida las reservas de PCr y no pueden restablecer completamente los almacenes de PCr en los 25 s de tiempo de recuperación, por lo que inician los sprints siguientes con valores bajos de PCr. Hallazgos similares fueron encontrados por Dawson et al9 y Wadley y Le Rossignol29, que establecieron una gran relación entre el mejor sprint individual y la disminución del rendimiento, demostrando que los deportistas con mejores tiempo de sprint poseían grados superiores de fatiga: estos sujetos capaces de generar altos niveles de potencia y mejores tiempos en los sprints (sobre todo en el primero) son capaces de utilizar una gran proporción de sus almacenes de PCr, pero con cortos períodos de recuperación entre sprints estos sujetos pueden comenzar el siguiente sprint con concentraciones bajas de PCr en sus almacenes y van acumulando una fatiga mayor conforme se incrementan las series de sprints repetidos.
Cabe destacar que en la potencia relativa parcial de 20-30 m en los dos primeros sprints, los grupos de baloncesto (amateur y profesional) son los que peores potencias presentan (BCa [W/kg]: S1 = 57,87; S2 = 51,2; BCp [W/kg]: S1 = 57,42; S2 = 51,20), pero no es éste el caso para el equipo de BCa en los parciales anteriores (0-10 y 10-20), y este grupo tiene los mejores resultados en todos los sprints en el parcial de 10-20 (media ± DE [W/kg]: 42,29 ± 5,37 W). Esto puede deberse a que las distancias cubiertas en sprint por los jugadores de esta disciplina en competición no llegan a 30 m, ya que las dimensiones de la cancha no lo permiten. Además, las acciones mayoritarias en baloncesto no son superiores a 20 s (22,5% de las acciones totales en un partido)32, contabilizando como acción tanto la fase de ataque como la de defensa.
CONCLUSIONES
Aunque hay investigaciones previas que comparan distintas disciplinas deportivas, este estudio es el primero que compara diversas disciplinas de deportes colectivos de sala (baloncesto y balonmano) junto a distintos niveles de desempeño de los jugadores (amateurs y profesionales). Cabe destacar que no se encontraron diferencias en los parámetros analizados en el test RSA entre jugadores de baloncesto y balonmano. Además, tampoco hubo diferencias significativas entre los grupos amateur y profesional de los deportes analizados. Cabe destacar que los esfuerzos realizados en baloncesto y en balonmano tienen una gran similitud, al igual que los realizados entre profesionales y amateurs, aunque el grado de desempeño de los primeros es mayor. Por ello, la aplicabilidad al entrenamiento es que se pueden realizar pruebas específicas comunes del test RSA que servirían para ambas disciplinas, ya que los esfuerzos realizados son similares, pero debe atenderse al nivel de entrenamiento de los sujetos, ya que el grado de desempeño físico de los jugadores profesionales o bien entrenados será siempre mayor.
Correspondencia: José María Heredia Jiménez (herediaj@ugr.es).
Recibido el 6 de noviembre de 2008 / Aceptado el 15 de junio de 2009.