El espacio "Cuando al deporte se hace arte" lo ocupa un deportista que ha sido considerado la imagen real y humana de aquel discóbolo que creó el escultor griego Mirón hacia el año 455 a.C. Nos referimos al atleta discóbolo Alfred Adolf Oerter, conocido mundialmente como Al Oerter. Es uno de los 3 únicos deportistas que han conseguido ganar 4 medallas de oro consecutivas en una prueba individual de los Juegos Olímpicos (lanzamiento de disco los años 1956, 1960, 1964 y 1968). Únicamente el danés Paul Elostrom le había precedido con sus triunfos en la clase finn, la única individual de vela, en Londres'48, Helsinki'52, Melbourne'56 (donde comenzó a vencer Al Oerter) y Roma'60 y, posteriormente, Carl Lewis, que obtuvo 4 victorias consecutivas en salto de longitud en Los Ángeles'84, Seúl'88, Barcelona'92 y Atlanta'96. Pero Lewis no batió en cada ocasión el récord olímpico, cosa que sí logró Al Oerter en sus 4 participaciones. Ahora bien, es evidente que Oerter no figura en este apartado dedicado al arte por sus excepcionales gestas deportivas, sino por la importante actividad pictórica desarrollada después de abandonar el deporte de competición.
Al Oerter nació en Nueva York el 19 de septiembre de 1936. Durante su juventud jugó a béisbol y a fútbol americano, pero bien pronto destacó en el lanzamiento de disco. En 1954 batió el récord escolar de lanzamiento de disco y esto le proporcionó una beca para la
Universidad de Kansas. Se dice que Millard Bill Easton, director de atletismo en Kansas, manifestó que "Al habría lanzado bien cualquier cosa, disco, martillo, una pelota de béisbol o una bomba de mano". Era un don natural. Cuando comenzó a frecuentar pistas de atletismo, porque aspiraba a ser esprínter, le cayó un disco frente sus pies y él lo retornó con tanta fuerza que los entrenadores allí presentes quedaron alucinados.
Antes de comentar les hazañas olímpicas de Al Oerter hemos de señalar que nunca fue el primer candidato al oro. Siempre llegó a los Juegos como segundo favorito y siempre ganó batiendo el récord olímpico.
Siendo todavía estudiante en la Universidad de Kansas, a los 20 años consiguió una plaza para participar en los Juegos de Melbourne'56, al ser repescado por lesión de Ron Drummond. El joven Al prometía, pero únicamente había sido cuarto en las pruebes de selección. En el primer lanzamiento batió su marca personal y el récord olímpico con 56,36 m, venciendo contra pronóstico a Fortune Gordien, que era el gran favorito. Un año después conquistó el primero de los 6 títulos de campeón de Estados Unidos. En 1958 finalizó los estudios universitarios de ingeniería. En les pruebas de selección para acudir a los Juegos de Roma'60 perdió frente a Rink Babka la primera competición en 2 años, pero ello no impidió que revalidara el título olímpico; en el quinto tiro consiguió enviar el disco a 59,18 m, hecho que significó un nueva marca olímpica. El año siguiente obtuvo la primera plusmarca mundial con 61,10 m, y aunque pocos días después el ruso Vladimir Trusenyov se la arrebatara con un tiro de 61,44 m, entre 1961 y 1964 Oerter la llevó de 62,45 a 62,62 m; con todo, pocas semanas antes de los Juegos de Tokio'64 el checo Ludvic Danet lo desposeyó del récord. Durante los Juegos de Japón, Al sufría una lesión discal cervical que le obligaba a competir pertrechado con un collar ortopédico. Su carácter ganador provocó que durante la prueba, en el quinto lanzamiento, prescindiera del protector cervical y así sumara el tercer oro olímpico, también contra pronóstico y con récord incluido (61 m).
Figura 1 Al Oerter, Melbourne'56.
Figura 2 Al Oerter, Tokio'64.
Figura 3 Al Oerter, pintor.
Figura 4 Al Oerter, pintor.
Durante los años siguientes no realizó marcas importantes, y en 1968 se clasificó a duras penas tercero en las pruebas de selección para los Juegos de México'68. En los 3 últimos lanzamientos de la competición consiguió las 3 mejores marcas de su historia deportiva y venció con 64,78 m, nuevo récord olímpico. Aunque tenía solamente 32 años y hubiera podido acudir a Munich'72, decidió retirarse.
Ocho años después volvió a competir, y en 1980 obtuvo la mejor marca de su carrera con un lanzamiento de 69,46 m. Quiso acudir a Moscú'80, pero el boicot de su país a aquellos Juegos se lo impidió. Se retiró definitivamente en 1985, a los 49 años. Su última participación olímpica se produjo en la jornada inaugural de los Juegos de Atlanta'96, durante la cual fue el deportista encargado de introducir la llama olímpica en el estadio.
El boicot a Moscú'80 ocasionó que, indirectamente, renaciera el sentido artístico que Al Oerter llevaba intrínseco desde su juventud. Su familia ha estado calificada como bohemia e innovadora. En su casa no eran perceptibles los colores de las paredes, que estaban ocupadas por multitud de cuadros de poco valor. Eran muy frecuentes les visitas a museos, especialmente el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, y a las pequeñas galerías de arte del Soho y de Houston.
Mientras que su padre tenía preferencia para los impresionistas, él admiraba los pintores abstractos, que no pintaban las cosas tal como eran sino como ellos las veían. Sobre este terreno favorable al arte abstracto, Al Oerter llegó a la pintura. Se había iniciado pera recaudar dinero para los equipos deportivos de su país y no dejó esta actividad cuando el presidente Carter impidió la participación en los Juegos de la Unión Soviética.
Junto con otros deportistas olímpicos participó en un proyecto esponsorizado por Anheuser-Buschen, en el cual tenían de realizar una pintura que representara sus respectivos deportes. Para efectuar las obras, se habilitó en un rascacielos de Nueva York una gran habitación en la cual paredes y techo estaban cubiertos con telas blancas. Él quería plasmar el tranquilo paraje donde lanzaba diariamente el disco. Para lograrlo, al principio untó el disco con pintura azul e intentó pintar un cielo azul celeste sirviéndose del disco como pincel, sin conseguirlo. Su perfeccionismo no admitió aquel resultado. Entonces observó que la velocista Wilma Rudolph terminaba su obra pictórica con una poderosa pisada de pintura sobre la tela. Después de una pausa durante la que se tomó una cerveza, volvió relajado a la faena y con las ideas claras. Pintó unos círculos en la tela e inmediatamente lanzó el disco sobre ellos 6 veces, tantas como intentos se realizaban en las competiciones. La pintura salpicó la tela y su cara de color azul, pero Oerter quedó satisfecho. Así nació el denominado Impact Art, que más tarde perfeccionó y popularizó.
Figura 5 Movement.
Figura 6 Aura.
Figura 7 Divergence.
Figura 8 Eclipse
Figura 9Elevated Self.
Figura 10 Geisha
Figura 11 Ignition.
Figura 12Illusive Self
Figura 13In the Beginning
Figura 14 Jigsaw.
Figura 15Red and Green.
Figura 16 Thought.
Figura 17 Pattern.
Figura 18The Boxer.
Figura 19Tranquilo.
Al Oerter siguió pintando, aunque de forma intermitente por motivos de salud, pues desde el año 2000 la hipertensión crónica amenazaba su corazón. Pintaba por la misma razón que había competido: era apasionado y su obra abstracta era intensa y profunda. Trabajaba con pinceles y pintura acrílica con gesso (denominación italiana de un producto de carbonato cálcico que daba textura a las telas) y los resultados son lienzos de colores vivos perfectamente armonizados. Todas estas obras son de una suave belleza que contrasta con el aspecto rudimentario, no exento de vistosidad, de las producciones del Impact Art.
Figura 20 Al Oerter (Impact Art).
Figura 21Impact Art: tela 76.
Figura 22Impact Art: disco 76.
Figura 23Impact Art: tela 78.
Figura 24Impact Art: disco 78.
Figura 25Impact Art: tela 90.
Figura 26Impact Art: disco 90.
Esta técnica evolucionó. Los lanzamientos se realizaban al aire libre en una superficie de césped. Al principio lanzaba el disco enérgicamente sobre charcos de pintura situados sobre una tela y más tarde lo hacía sobre bolsas de plástico rellenas de colores que asimismo había situado sobre el lienzo. Después del impacto y de que algunas bolsas estallaran, el disco se deslizaba brevemente sobre la tela y la pintura dibujaba imágenes irregulares, originales e imprevisibles e inmediatamente seguía resbalando unos metros sobre la hierba. Allí lo recogían cuidadosamente, cosa que generalmente hacia su esposa Cathy. El disco quedaba totalmente teñido por los mismos colores de la tela del futuro cuadro. Comercialmente, una obra completa de Impact Art la forman el cuadro y el disco correspondiente.
En 2003 padeció un primer episodio de infarto, que superó gracias al desfibrilador y muchas dosis de amiodarona. Para él, que siempre había rechazado las drogas, ésta era "la droga que Satanás solamente tomaría si no tuviese otro remedio". Una vez superado en parte este gravísimo episodio, continuó su carrera artística y se dedicó muy especialmente a organizar el denominado Arte de los Olímpicos. Era un proyecto en el cual participaban 14 deportistas olímpicos veteranos que cultivaban diferentes especialidades artísticas. Con ellos realizó en 2006 estancias y exposiciones en Nueva York -en el New York Athletic Club, en el National Arts Club y en The United Nations-, en Colorado Springs, en Orlando, en Atenas y en Mónaco. Tuvo un papel principal en la creación de la sede permanente de la colección de Arte de los Olímpicos en Downtown Fort Myers (Florida), donde se encuentran las obras de Al Oerter (EE.UU., in memóriam), Bob Beamon (EE.UU.), Jean-Blaise Evequooz (Francia), Liston Brochette (Puerto Rico), Rink Babka (EE.UU.), Kader Klouchi (Francia), Larry Young (EE.UU.), Cameron Myler (EE.UU.), Wojciech Zablocki (Polonia), Allison Wagner (EE.UU.), Shane Gould (Australia), Roald Bradstock (Reino Unido), Joe Dube (EE.UU.) y Florence Griffith Joyner (EE.UU., in memóriam). Poco antes de morir Al Oerter, se recibió el permiso para colocar los Anillos Olímpicos en la fachada de esta galería.
Los médicos de Fort Myers le habían recomendado un trasplante cardíaco urgente, que Oerter rechazó: "He tenido una vida muy interesante y quiero partir con todo lo que tengo". Murió el 1 de octubre de 2007 por una crisis cardíaca en Fort Myers. Había triunfado en el deporte y en la pintura. Cathy, su mujer, lo definió como "Un gigante".
Figura 27 Galería de Arte de los Olímpicos.
Enlaces interesantes:
www.artoftheolympians.com
www.aloerter.com/index.html
www.aloerter.com/Paintings/paintings.html
www.aloerter.com/Impact_Paintings/impact_paintings.htlm