Dehydration is one of the leading causes of the reduction in physical and mental performance, due to an insufficient fluid intake whilst playing. In team sports, fluid intake and level of dehydration can be influenced by the specific position of player. The objective of this work has been to determine the quantity of fluid intake and level of dehydration of goalkeepers, defenders and forwards.
MethodsFluid intake and body mass loss was measured in 3 goalkeepers, 5 defenders and 6 forwards from Elpozo Murcia Fútbol Sala during three official matches in the Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS).
ResultsResults showed that goalkeepers drank the least amount of liquid (1205±333.32ml) opposite defenders (1446±735.88ml) and forwards (1747.33±789.28 ml). Goalkeepers and forwards reached the highest dehydration (1.27±0.61% and 1.27±1.1%), followed by defenders (0.56±1.04%). Fluid intake by goalkeepers and forwards was insufficient to compensate for losses caused by sweating, finishing the matches with levels of dehydration which gave rise to a reduction of performance, while defenders maintained their hydration.
ConclusionsFluid replacement strategies should be based on individual characteristics of players. It has been shown that there is variability of results within the same sport, even within a specific position.
La deshidratación es una de las causas principales de la reducción del rendimiento de los deportistas, debido a una insuficiente ingesta de líquidos durante la práctica. En deportes de equipo, la ingesta de líquido así como el nivel de deshidratación alcanzado por un jugador puede estar influenciado por la posición que ocupe en el campo. El objetivo de este estudio ha sido cuantificar la cantidad de líquido ingerido y el nivel de deshidratación en porteros, defensores y atacantes de fútbol sala durante la disputa de tres partidos oficiales.
MétodosLa cantidad de líquido ingerido y el porcentaje de peso perdido fue medido en 3 porteros, 5 defensores y 6 atacantes, pertenecientes a la primera plantilla de Elpozo Murcia Turística Fútbol Sala, durante la disputa de 3 partidos correspondientes a la Liga Nacional de Fútbol Sala.
ResultadosLos resultados mostraron como son los porteros quienes menos líquido ingirieron (1.205±333,32ml) frente a defensores (1.446±735,88ml) y atacantes (1.747,33±789,28ml). Porteros y atacantes alcanzaron un porcentaje mayor de pérdida de peso (1,27±0,61% y 1,27±1,1%), seguidos por defensores (0,55±1,1%). La ingesta de líquido en porteros y atacantes fue insuficiente para compensar las pérdidas producidas por sudoración, alcanzando niveles de deshidratación que suponen una reducción del rendimiento, mientras que los defensores mantuvieron niveles de euhidratación.
ConclusionesLas estrategias de reposición hídrica deberán estar basadas en las características individuales de cada jugador, puesto que existe gran variabilidad en los resultados dentro de un mismo deporte, e incluso dentro de un mismo puesto específico.
El deporte de competición en general y el fútbol sala en particular ha alcanzado una situación en la cual prima la profesionalización de sus integrantes a todos los niveles (jugadores, cuerpo técnico, preparadores físicos y médicos). Dicha profesionalización provoca a su vez que aumente el interés por el empleo de herramientas que potencien el rendimiento de los jugadores.
La deshidratación tiene lugar cuando la pérdida de líquido por sudoración es superior a la ingesta de fluidos, siendo un hecho frecuente por el hecho de que muchos deportistas no reponen con suficiente líquido las pérdidas producidas por sudor1,2,3,4,5,6,7.
Siendo la deshidratación un factor limitante del rendimiento físico y mental durante la actividad física y deportiva7,8,9,10,11,12, resulta de suma importancia conocer los hábitos de hidratación de los deportistas para poder intervenir en los casos en que sea necesario.
Una manera sencilla de medir el grado de deshidratación alcanzado en una actividad física consiste en pesar al deportista antes y después de realizar el ejercicio, ya que en esfuerzos inferiores a 3h la pérdida de agua mediante la respiración es poco significativa, comparada con la pérdida producida a través del sudor13. Al comparar el peso antes y después, se determina el grado de deshidratación provocado por el ejercicio4,14,15. Por ello, la monitorización del peso corporal es un procedimiento simple, válido y no invasivo que permite detectar variaciones en la hidratación mediante el cálculo de la diferencia en el peso corporal antes y después del ejercicio16,17.
En la tabla 1 mostramos los efectos de la deshidratación sobre el organismo en relación con la capacidad física, a partir de los documentos de consenso elaborados por Casa et al18, Sawka et al12, y Palacios y et al7. Podemos observar como la deshidratación progresiva conlleva a una reducción del rendimiento físico y mental de los deportistas. Este dato es de especial relevancia para nuestro estudio, al tratarse el fútbol sala de una especialidad deportiva donde el rendimiento se ve afectado tanto por la exigencia física como por las habilidades cognitivas de los jugadores para resolver las exigencias del juego.
Tabla 1. Efectos fisiológicos sobre el rendimiento según porcentaje de peso perdido
% Peso Perdido | Efectos |
1% | Incremento del trabajo cardiaco |
Disminución del rendimiento aeróbico en climas cálidos | |
2% | Sed mas intensa, malestar vago, pérdida de apetito |
Disminución del rendimiento mental y cognitivo | |
3% | Disminución en el volumen sanguíneo (hemoconcentración) |
Aumento del riesgo de contracturas, calambres y lipotimias | |
Reducción del tiempo de reacción, concentración y discriminación perceptiva | |
4% | Mayor esfuerzo para los trabajos físicos, náuseas. |
Disminución de la fuerza muscular | |
5% | Incremento temperatura corporal hasta 39°C |
Rápida disminución del rendimiento | |
Alto riesgo de lesiones músculo-tendinosas | |
6% | Disminución y fallo de los mecanismos de termorregulación |
Además de las diferencias individuales que afectan a los practicantes de deportes de equipo, tales como su estado de aclimatación19, condición física, y tasas de sudoración20,21, los resultados de los jugadores, dependiendo del puesto específico que ocupen, pueden variar considerablemente en cuanto a la intensidad y duración del trabajo realizado durante un partido y alterar sus niveles de deshidratación.
En la presente investigación se seleccionó el deporte del fútbol sala ante la posibilidad de analizar las respuestas fisiológicas de los jugadores en situaciones reales de competición, variable poco estudiada en la mayoría de los artículos similares publicados1,3,22,23 ya que, en muchas ocasiones, al tratarse de deportistas de primer nivel los investigadores se ven obligados a simular situaciones de competición en entrenamientos.
Por todo ello el objetivo de nuestro estudio ha consistido en cuantificar la cantidad de líquido ingerido y el nivel de deshidratación alcanzado en porteros, defensores y atacantes de fútbol sala durante la disputa de tres partidos oficiales.
MétodosParticipantesCatorce jugadores profesionales (3 porteros, 5 defensores y 6 atacantes) pertenecientes a la primera plantilla de Elpozo Murcia Turística Fútbol Sala fueron informados y dieron su consentimiento para participar en este estudio. La media de edad, talla y peso fue de 27,12±3,46 años, 177±8cm y 76,43±6,63kg respectivamente.
La toma de datos tuvo lugar durante la disputa de los partidos Elpozo Murcia Turística vs. Benicarló F.S., Elpozo Murcia vs. Polaris World F.S. y Elpozo Murcia vs. Barcel Euro Puebla, correspondientes a las Jornadas 19, 21 y 23 de la Liga Nacional de Fútbol Sala en su categoría de División de Honor.
ProcedimientosPara el registro del peso corporal, se siguió el protocolo elaborado por la Sociedad Internacional para el Avance de la Cineantropometría24. Los jugadores fueron pesados en ropa interior antes de iniciar el calentamiento, habiéndoseles indicado que en caso de tener que orinar o defecar lo hiciesen antes del pesaje inicial. Con anterioridad al pesaje posterior al partido, los jugadores se limpiaban el sudor de piernas, torso y cara con una toalla, tal y como indica Barbero en su publicación16. Para el registro del peso corporal, se utilizó una balanza TANITA BC-350 (Tanita® Illinois, EEUU) con fiabilidad del 97%, precisión 0,1kg y con un rango de medida de 0–150kg.
El cálculo del porcentaje de peso perdido se llevó a cabo mediante la siguiente fórmula25:
Para el cálculo del total de líquido ingerido, cada jugador contaba con dos bidones de líquido personalizados de 500ml de capacidad cada uno. Uno de los bidones se llenaba con agua de la marca «Aquadeus», y el otro con bebida deportiva «Gatorade». El volumen de líquido que se introducía en cada bidón era medido previamente en una probeta calibrada a 100ml.
Desde el momento en que los jugadores eran pesados por primera vez, recibieron instrucciones para que únicamente bebiesen de sus respectivos bidones, de la misma manera que se les informó para que en el momento en que necesitasen más líquido y el bidón estuviera vacío se lo hicieran saber al investigador para que procediese al llenado.
Una vez finalizado el encuentro, el contenido de cada uno de los bidones era vaciado en una probeta calibrada a 100ml. Al restar al volumen total de líquido suministrado al jugador la cantidad de líquido que quedaba en el bidón se obtenía el valor del total de líquido consumido por el jugador durante el partido.
Análisis de datosEn la presente investigación se ha utilizado una estadística descriptiva de cada una de las variables cuantitativas continuas (líquido ingerido y porcentaje de peso perdido), con la obtención de los parámetros característicos (media, desviación típica, máximo y mínimo). Los resultados se presentan en función de la posición ocupada por el jugador en el terreno de juego: portero, defensores (cierres y/o ala cierres) y atacantes (ala/pívot y/o pívot).
ResultadosLa tabla 2 refleja como el volumen total de líquido ingerido por porteros fue de 1.205±333,32ml, siendo los jugadores que ocuparon esta posición los que menos líquido ingirieron. La ingesta por parte de defensores fue de 1.446±735,88ml, mientras que los jugadores que ocuparon el puesto específico de atacantes fueron los que ingirieron un mayor volumen de líquido de media, sumando un total de 1.747,33±789,28ml.
Tabla 2. Líquido ingerido (ml) en función del puesto específico
Puesto específico | Líquido ingerido | SD | Máximo | Mínimo |
Porteros (n=3) | 1.205 | 333,32 | 1.630 | 850 |
Defensores (n=5) | 1.446 | 735,88 | 3.050 | 780 |
Atacantes (n=6) | 1.747,33 | 789,28 | 3.200 | 650 |
Respecto al porcentaje de peso perdido, la tabla 3 muestra como, en función del puesto específico ocupado, este valor fue similar en porteros y atacantes (1,27±0,61% y 1,27±1,1% respectivamente), mientras que el valor obtenido para defensores fue de 0,55±1,1% de media.
Tabla 3. Porcentaje de peso perdido (%) en función del puesto específico
Puesto específico | Porcentaje de peso perdido | SD | Máximo | Mínimo |
Porteros (n=3) | 1,27 | 0,61 | 1,69 | 0,38 |
Defensores (n=5) | 0,55 | 1,1 | 1,87 | −1,31 |
Atacantes (n=6) | 1,27 | 1,1 | 3,02 | −0,53 |
El fútbol sala jugado a nivel profesional demanda de los jugadores una elevada condición física como consecuencia de las exigencias fisiológicas que implica la competición, con valores medios de entre el 85–90% de su frecuencia cardiaca máxima26,27,28. Para alcanzar un alto rendimiento, los jugadores necesitan una excelente capacidad para realizar ejercicio intermitente de alta intensidad, así como una adecuada capacidad de recuperación durante las actividades de baja intensidad26. En este sentido, un adecuado régimen de reposición de líquidos será imprescindible para evitar una reducción del rendimiento29.
Para afianzar el análisis de las necesidades hídricas de los jugadores tanto de fútbol sala como de otras modalidades de conjunto, y partiendo de niveles de entrenamiento similares como corresponden a equipos profesionales, es necesario atender a las características de cada puesto específico, ya que el planteamiento y las funciones tácticas provocan que valores como la distancia recorrida o intensidad de esfuerzos, difieran entre jugadores que ocupan posiciones de porteros, defensores o atacantes.
En función de la posición ocupada por el jugador en el terreno de juego, observamos como porteros y atacantes son los que desprenden mayores niveles de deshidratación (1,27±0,61% y 1,27±1,1% respectivamente), seguidos por defensores (0,55±1,1%). La ingesta de líquido fue de 1.205±333,32ml en porteros, 1.446±735,88ml en defensores y 1.747,33±789,28ml en atacantes. En esta línea, numerosos estudios advierten que la deshidratación progresiva durante el ejercicio es frecuente por el hecho de que muchos deportistas no ingieren suficiente líquido para reponer las pérdidas producidas2,5,6,7. Además, los resultados se encuentran en línea con las conclusiones del documento de consenso del ACSM dirigido por Sawka et al12, donde se menciona la dificultad para dar una recomendación universal que supla las necesidades de los deportistas, debido a la gran variabilidad de resultados que se obtienen, incluso en miembros de un mismo equipo. Sin embargo, antes de emitir un juicio al respecto, se ha de comprobar si existe relación alguna entre el porcentaje de peso perdido y los efectos fisiológicos que sobre el rendimiento de los deportistas puedan tener. En relación con los resultados obtenidos por los jugadores que ocuparon el puesto específico de porteros y atacantes, el porcentaje de peso perdido (1,27%) supone un grado de deshidratación mínima5. En este sentido, supondrá a los deportistas una disminución del rendimiento aeróbico además de un incremento del gasto cardiaco7,12,18. Por las características del juego en fútbol sala, es recomendable no sobrepasar el 2% de porcentaje de peso corporal perdido, ya que a partir de dicho valor se ven afectadas ciertas condiciones motoras como el tiempo de reacción y la discriminación perceptiva30. En los jugadores que ocupan puestos específicos de defensores, el porcentaje de peso perdido (0,55±1,1%) supone un estado euhidratado, no significándose con reducciones del rendimiento al no superar ésta el 1% de peso corporal perdido5,7,12.
En relación a la ingesta de líquidos y en comparación con otras publicaciones, la reposición hídrica media calculada para los jugadores de nuestro estudio (1.205ml en porteros; 1.446ml en defensores y 1.747,33ml en atacantes) es superior a los resultados obtenidos por Barbero et al16 en jugadores profesionales de fútbol sala, pues en dicho estudio se menciona que los jugadores ingirieron al menos los 500ml de líquido de cada una de las bebidas personalizadas, llegando algunos jugadores a gastar dos botellas, por tanto, el total de líquido ingerido superó en dichos casos los 1.000ml. Esta ingesta resultó en una deshidratación media del 1,1±0,9%, inferior a la obtenida por porteros y atacantes de nuestro estudio (1,27±0,61% y 1,27±1,1% respectivamente) y superior al valor alcanzado en defensores (0,55±1,1%).
En esta línea, otro estudio en jugadores de fútbol sala31, obtuvo una media de 800ml de ingesta tras un entrenamiento con jugadores profesionales, siendo este valor inferior al total de líquido ingerido por los jugadores de nuestra investigación (1.205ml en porteros; 1.446ml en defensores y 1.747,33ml en atacantes). La deshidratación media calculada fue de 1,2±0,3%, siendo inferior a la media alcanzada por porteros y atacantes de nuestro estudio (1,27±0,61% y 1,27±1,1% respectivamente) y superior al valor alcanzado en defensores (0,56±1,04%).
Con relación a otros deportes de equipo en competición, se calculó una media de ingesta de líquidos de 1.080ml y un porcentaje de peso perdido del 1% al estudiar a 12 jugadores de baloncesto tras un partido1. La ingesta de líquido fue inferior a la obtenida por los jugadores de nuestro estudio (1.205ml en porteros; 1.446ml en defensores y 1.747,33ml en atacantes), mientras que el porcentaje de peso perdido fue inferior comparado a porteros y atacantes (1,27±0,61% y 1,27±1,1% respectivamente) y superior al obtenido para defensores (0,55±1,1%).
Coelho et al32 llevaron a cabo un estudio sobre 14 jugadores de balonmano en un partido de entrenamiento, tras el cual obtuvieron una media de 611±100ml de ingesta, siendo este valor inferior al obtenido en nuestra investigación (1.205ml en porteros; 1.446ml en defensores y 1.747,33ml en atacantes). La deshidratación media alcanzada supuso una reducción del peso corporal del 0,9%, inferior al obtenido en porteros y atacantes (1,27±0,61% y 1,27±1,1% respectivamente) y superior al alcanzado por los defensores de nuestro estudio (0,55%). En esta línea, investigaciones al respecto22,23 sobre jugadores de fútbol obtuvieron una ingesta de líquido inferior (971±303 y 972±225ml respectivamente) a la hallada en nuestros jugadores (1.205±333,32, 1.446±735,88 y 1.747,33±789,28ml en porteros, defensores y atacantes respectivamente). El porcentaje de peso perdido calculado en dichos estudios22,23, con un valor de 1,62–1,59% fue superior al obtenido por nuestros jugadores, independientemente de la posición ocupada en el campo (1,27±0,61% en porteros, 0,55±1,1% en defensores y 1,27±1,1% en atacantes).
Por último, en un estudio con jugadores profesionales de fútbol durante un entrenamiento de partido de 2h y media de duración33, diferenciando los resultados en función del puesto específico del jugador, el porcentaje de peso perdido en porteros fue de 1,78%, en defensas 1,04% y en atacantes 0,76%. Al igual que ocurre en nuestro estudio, el mayor porcentaje de peso perdido correspondió a porteros, a pesar de que para esta posición, al igual que ocurre en fútbol sala, se presupone una menor exigencia física que para el resto de posiciones de campo.
Los resultados de nuestro estudio muestran como son los porteros y atacantes quienes alcanzan el mayor valor medio de deshidratación (1,27±0,61% y 1,27±1,1% respectivamente frente a 0,55±1,1% en defensores). Si partimos de una menor exigencia física en la posición de portero que en el resto (defensores y atacantes), el hecho de que estos jugadores alcancen valores similares a atacantes podría estar motivado por una menor ingesta de líquido. Este hecho podría responder al tener menos oportunidades que los jugadores de campo para acceder a las botellas que se encuentran en el banquillo. Cada jugador de campo dispone de 7,4 oportunidades para hidratarse ad libitum16, mientras que para un portero estas oportunidades se reducirían, ya que al no ser sustituidos, solo podrán acceder al banquillo en los tiempos muertos o durante largas interrupciones del juego (descanso entre periodos, lesiones, etc.). De hecho, son los porteros los que ingieren la menor cantidad de líquido (1.205ml. frente a 1.446 y 1.747,33ml de defensores y atacantes respectivamente).
Respecto a los resultados entre atacantes y defensores el porcentaje de deshidratación alcanzado por los primeros supera en casi un 0,75% a los defensores (1,27 vs. 0,55% respectivamente). En un estudio sobre la exigencia física en fútbol sala34, se observó como los jugadores que ocupaban posiciones de atacantes no solo eran los que más distancia recorrían (6.885,06m), sino que el tiempo durante el cual recorrían esa distancia a la máxima velocidad (55s) era muy superior al empleado por los defensores (13,5s). Los datos obtenidos en dicho estudio demostraban que los esfuerzos asociados a puestos específicos de atacantes eran superiores en cuanto a duración e intensidad a los defensores, lo cual es una variable a tener en cuenta en nuestro estudio para reforzar la hipótesis de que los atacantes terminen los partidos con mayores niveles de deshidratación que defensores (1,24 vs. 0,56%) a pesar de realizar una ingesta de líquido similar (1.446ml en defensores y 1.747,33ml en atacantes).
ConclusionesEl porcentaje de peso perdido por los jugadores de nuestro estudio demuestra que, independientemente de su posición sobre el terreno de juego, la ingesta de líquido realizada no fue suficiente para compensar las pérdidas sufridas por deshidratación. A pesar de que los jugadores disponen de numerosas posibilidades de ingerir líquidos (interrupciones en el juego, sustituciones, tiempos muertos, etc.) ésta es insuficiente, especialmente en porteros y atacantes, quienes terminaron el partido en valores de deshidratación que suponen una reducción en su rendimiento.
Los programas de concienciación o estrategias de reposición hídrica deberán estar basados en las características individuales de cada jugador, puesto que se ha demostrado que existe gran variabilidad en los resultados dentro de un mismo deporte, e incluso dentro de un mismo puesto específico. Del mismo modo, por lo que respecta a los porteros, se debería facilitar el acceso a las botellas de líquido, por ejemplo, situándolas cerca de la portería, para aumentar sus oportunidades de ingerir líquidos sin tener que sustituir a este jugador continuamente.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Recibido 11 Noviembre 2009
Aceptado 4 Febrero 2010
Autor para correspondencia. jvgjimenez@um.es