INTRODUCCIÓN
La obesidad se produce por un desajuste del control del equilibrio entre la energía ingerida y la consumida en los procesos metabólicos. Se trata de una enfermedad multifactorial (fruto de las diversas interacciones entre factores genéticos y ambientales) de patogenia muy compleja y en parte no bien conocida. Aunque el factor genético de la obesidad desempeña un papel importante en su desarrollo, son los cambios en la alimentación y los nuevos estilos de vida los que hacen que el organismo no esté dotado del control suficiente para hacer frente a la excesiva oferta energética y/o sedentarismo. Según el US Department on Health and Human Services and Department of Education1, al mismo tiempo que aumenta la masa grasa de los niños y adolescentes, disminuye el tiempo de ejercicio realizado. A nivel estatal se han realizado algunos estudios que demuestran este descenso de la actividad física2. En la última Encuesta del Ministerio de Sanidad y Consumo del 2001 y publicada en 2003 se recalcó la alta prevalencia de obesidad y sobrepeso en España y reveló que el 50% de la población infantil llevaba una vida sedentaria.
La falta de convergencia entre las medidas objetivas y subjetivas de la actividad física ha sido subrayada por diversos autores3 como responsable de la falta de congruencia de los resultados en la literatura sobre actividad física infantil y juvenil. Dada la importancia de conocer los patrones de actividad física y no sólo el gasto calórico con objeto de desarrollar programas de intervención que incrementen la práctica de actividad, son importantes en este campo las medidas a través de cuestionarios. Aunque la fiabilidad de este instrumento es aceptable (r = 0,8), los estudios sobre validez de criterio, utilizando como referencia los valores obtenidos mediante acelerómetro, muestran valores considerablemente bajos (r = 0,3) (www.ipaq.ki.se). El objetivo de este estudio fue valorar y comparar los patrones de actividad física en niños con normopeso y sobrepeso a través de medidas objetivas (acelerómetro) y subjetivas (IPAC) y valorar el grado de concordancia entre ambas.
MÉTODO
Muestra
La muestra estuvo constituida por 30 varones con edades comprendidas entre los 11 y los 13 años, con una edad promedio de 11,6 (Sx = 0,74) y por 30 mujeres con edades comprendidas entre los 11 y los 12 años con una edad promedio de 11,17 (Sx = 0,38). Dentro de la muestra de varones, 15 fueron clasificados en el grupo de sobrepeso, con un índice de masa corporal (IMC) promedio de 24,28 (Sx = 2,16) y 15 en el grupo de normopeso, con un IMC promedio de 18,17 (Sx = 1,41). Dentro de la muestra de mujeres, 15 fueron clasificadas en el grupo de sobrepeso, con un IMC promedio de 23,07 (Sx = 1,83) y 15 en el grupo de normopeso, con un IMC promedio de 19,04 (Sx = 1,05). Para definir el grupo de sobrepeso se tomaron los valores de IMC superiores al percentil 85 de la distribución de referencia4, en función de la edad y el sexo.
Material e instrumentos
Para la medida del peso se utilizó una báscula digital Philips modelo hp 5325 con precisión de 100 g (rango: 0,1-135 kg), y para la medida de la talla se utilizó una cinta métrica metálica milimétrica (rango: 0-200 cm).
Como medida objetiva del nivel de actividad física se utilizó un acelerómetro Caltrac (Hemokinetics, Inc., Madison, Wisconsin) cuya validez en niños ha sido demostrada en estudios de campo y laboratorio3. También se les administró una plantilla con instrucciones para el correcto uso del acelerómetro y con casillas para marcar las calorías gastadas en cada día de medición.
Como medida subjetiva del nivel de actividad física se utilizó el cuestionario autoadministrado IPAC (Cuestionario Internacional de Actividad Física) para adolescentes traducido al español. Distintas organizaciones (EUPASS: Sistema de vigilancia de la actividad física europea; EUROHIS: investigación de salud europea; CINDI: Intervención de países integrados de enfermedades no contagiosas; WHO: Organización Mundial de la Salud) han evaluado, utilizado y recomendado el uso del cuestionario. El IPAC está estructurado en diferentes apartados que contabilizan la actividad física realizada en el colegio, como medio de transporte (desplazamiento de un lugar a otro), en las tareas domésticas y en el tiempo libre. En nuestra toma de datos no se incluyó el apartado de tareas domésticas. El cuestionario está estructurado para proporcionar puntuaciones específicas para la actividad de andar, intensidad moderada ("actividades que conllevan un esfuerzo físico moderado y te hacen respirar algo más fuerte de lo normal") e intensidad vigorosa ("actividades que conllevan un esfuerzo físico intenso y te hacen respirar mucho más fuerte de lo normal, incluso llegando a jadear") en cada uno de los apartados, incluyendo los días que se realiza dicha actividad en una semana y los minutos que se emplean generalmente en uno de esos días. Cada tipo de actividad es contabilizado según los requerimientos de energía en MET (energía necesaria para mantener las funciones vitales) y transformado a MET-minuto, multiplicando el resultado en MET por los minutos que se lleva a cabo la actividad.
Diseño y procedimiento
La investigación se llevó a cabo con los niños de sexto curso de educación primaria de 5 colegios públicos de la zona sur de Navarra. Se contactó con los directores de los colegios personalmente y se les explicó el objetivo y el procedimiento de la investigación. Del mismo modo, se pidió autorización a los padres para que sus hijos pudieran participar en el estudio. El acelerómetro fue llevado durante 3 días seguidos (2 días entre semana y uno en fin de semana) para tener una aproximación más real sobre las calorías que gastaban durante un día (este cómputo se obtuvo con la media de la suma de los 3 días).
RESULTADOS
Los datos fueron analizados mediante el SPSS v. 12.0. Para el análisis de las distintas variables dependientes consideradas se realizaron ANOVAS de 2 factores intersujetos. Para el análisis de la validez concurrente se utilizó el coeficiente de correlación de Pearson.
En la tabla I aparece el gasto calórico medio por día obtenido a partir del Caltrac, en función del sexo y del peso. El gasto calórico fue superior en niños que en niñas (F1,56 = 15,90; p < 0,001). Los sujetos con sobrepeso no mostraron un gasto calórico significativamente diferente a los sujetos que presentaban normopeso (F1,56 = 0,46; p > 0,05). No hubo efecto de la interacción (F1,56 = 0,024; p > 0,05).
Los datos mostraron un correlación moderada entre el gasto calórico obtenido mediante el Caltrac y el gasto total estimado a partir del IPAC (r = 0,49; p < 0,001).
A continuación se exponen los resultados obtenidos a partir de los apartados considerados en el IPAC.
En la tabla II aparece el total de MET-minuto/semana gastados en actividad física. Los niños realizaron un gasto superior a las niñas (F1,45 = 4,65; p < 0,05). Los sujetos con sobrepeso presentaron un gasto inferior que los sujetos con normopeso (F1,45 = 5,59; p < 0,05). No hubo efecto de la interacción (F1,45 = 0,26; p > 0,05). Por último, la correlación encontrada entre los valores obtenidos mediante el IPAC y el Caltrac fue de 0,49 (p < 0,001).
En la tabla III aparece el total de MET-minuto/semana gastados en la actividad física realizada en la escuela. No se encontraron diferencias significativas entre niños y niñas (F1,50 = 2,57; p > 0,05) ni entre sujetos con normopeso y sobrepeso (F1,50 = 1,93; p > 0,05). Tampoco se observó efecto de la interacción entre sexo y diferencia de IMC (F1,50 = 0,09; p > 0,05).
En la tabla IV aparece el total de MET-minuto/semana gastados en la actividad física realizada como medio de transporte. Los sujetos con normopeso gastaron significativamente más MET-minuto/semana que los sujetos con sobrepeso (F1,51= 4,59; p < 0,05). No se encontraron diferencias significativas por sexo (F1,51 = 0,01; p > 0,05) ni efecto de la interacción entre sexo y diferencia de IMC (F1,51 = 0,28; p > 0,05).
A continuación se presenta un análisis más detallado de las actividades consideradas en el apartado de actividad física como medio de transporte.
En la tabla V se presentan los análisis descriptivos del número de días que los sujetos dicen utilizar la bicicleta como medio de transporte. Los niños informaron utilizar la bicicleta un número de días significativamente superior al de las niñas (F1,54 = 13,12; p < 0,01). Los sujetos con sobrepeso decían utilizarla un número menor de días a la semana que los sujetos con normopeso (F1,54 = 4,34; p < 0,05). No se observó efecto de la interacción entre sexo y diferencia de IMC (F1,54 = 0,36; p > 0,05).
En la tabla VI se presentan los análisis descriptivos de la cantidad de minutos que los sujetos decían utilizar la bicicleta en un día como medio de transporte. Los sujetos con sobrepeso informaron utilizarla menos minutos que los sujetos con normopeso (F1,53 = 5,44; p < 0,05). No se encontraron diferencias significativas entre el tiempo que los niños y niñas decían utilizar la bicicleta como medio de transporte (F1,53 = 0,52; p > 0,05) ni efecto de la interacción entre sexo y diferencia de IMC (F1,53 = 0,01; p > 0,05).
En la tabla VII se presentan los análisis descriptivos del número de días que los sujetos decían caminar como medio de transporte. No se encontraron diferencias significativas entre niños y niñas (F1,54 = 0,45; p > 0,05) ni entre sujetos con normopeso y sobrepeso (F1,54 = 1,53; p > 0,05). Tampoco se observó efecto de la interacción entre sexo y diferencia de IMC (F1,54 = 2,23; p > 0,05).
En la tabla VIII se presentan los análisis descriptivos de la cantidad de minutos que los sujetos decían caminar como medio de transporte. Los sujetos con sobrepeso informaban caminar menos minutos que los sujetos con normopeso (F1,51 = 4,32; p < 0,05). No se encontraron diferencias significativas entre el tiempo que los niños y niñas decían caminar como medio de transporte (F1,51 = 0,10; p > 0,05). Por último, tanto las niñas como los niños con sobrepeso informaron caminar me nos minutos al día que las niñas y niños con normopeso (F1,51 = 0,22; p > 0,05).
En la tabla IX se presentan los análisis descriptivos del total de MET-minuto/semana gastados en la actividad física realizada en el tiempo libre. Los niños decían gastar significativamente más MET-minuto/semana que las niñas (F1,49 = 5,25; p < 0,05) y los sujetos con sobrepeso informaron gastar significativamente menos MET-minuto/semana que los sujetos con normopeso (F1,49 = 5,70; p < 0,05). Este efecto fue el mismo para niñas y niños (F1,49 = 1,78; p < 0,05).
A continuación se presenta un análisis más detallado de las actividades consideradas en el apartado de actividad física en el tiempo libre.
En la tabla X se presentan los análisis descriptivos del número de días que los sujetos decían practicar actividad física vigorosa en su tiempo libre. Los niños informaron un número de días significativamente superior al de las niñas (F1,53 = 7,93; p < 0,01). Los sujetos con sobrepeso decían practicar actividad física vigorosa un número menor de días a la semana que los sujetos con normopeso (F1,53 = 5,14; p < 0,05). No se observó efecto de la interacción entre sexo y diferencia de IMC (F1,54 = 1,70; p > 0,05).
En la tabla XI se presentan los análisis descriptivos de la cantidad de minutos que los sujetos decían realizar actividad física vigorosa en su tiempo libre en un día. Los sujetos con sobrepeso informaron realizar menos minutos que los sujetos con normopeso (F1,52 = 9,18; p < 0,01). No se encontraron diferencias significativas entre el tiempo que los niños y niñas decían realizar actividad física vigorosa en su tiempo libre (F1,52 = 2,43; p > 0,05). Tampoco se observó efecto de la interacción entre sexo y diferencia de IMC (F1,52 = 1,95; p > 0,05).
En la tabla XII se presentan los análisis descriptivos de la cantidad de minutos que los sujetos decían permanecer sentados durante un día entre semana. No se dieron diferencias significativas entre el tiempo que los niños y las niñas (F1,54 = 0,30; p > 0,05) o los sujetos con normopeso o sobrepeso (F1,54 = 0,15; p > 0,05) decían pasar sentados durante un día entre semana. Tampoco se observó efecto de la interacción entre sexo y diferencia de IMC (F1,52 = 0,39; p > 0,05).
En la tabla XIII se presentan los análisis descriptivos de la cantidad de minutos que los sujetos decían permanecer sentados durante un día de fin de semana. No se dieron diferencias significativas entre niños y niñas (F1,52 = 1,78; p > 0,05) ni entre los sujetos con normopeso o sobrepeso (F1,52 = 0,26; p > 0,05). Sin embargo, sí hubo efecto significativo de la interacción grupo-sexo en el tiempo que los sujetos dedican a estar sentados en un día de fin de semana (F1,52 = 5,83; p < 0,05). Mientras que las niñas con normopeso dedicaban más tiempo a estar sentadas en un día de fin de semana que las niñas con sobrepeso, en los varones encontramos que los que presentaban sobrepeso dedicaban más tiempo a esta actividad que los que presentaban un peso normal.
DISCUSIÓN
Los resultados encontrados ponen de manifiesto la falta de concordancia entre el IPAC y el Caltrac, aunque la validez obtenida en este estudio es mayor que la informada por otros autores5.
Los sujetos con sobrepeso presentaron el mismo gasto calórico cuando se evaluó mediante una medida objetiva. Dado que los sujetos con sobrepeso tienen más masa corporal, se puede deducir que los sujetos con sobrepeso realizaron menos actividad física que los sujetos con normopeso o realizaron actividad física de menor intensidad. De hecho, los niños con sobrepeso tienen un mayor gasto energético que los de normopeso como resultado de su mayor masa magra6. Davies et al7 encontraron que las medidas de actividad física correlacionaban inversamente con las medidas de grasa corporal. Sin embargo esta asociación sólo se encontró para varones. Existe cierto desacuerdo sobre si los niños obesos son menos activos en general8,9, pero los niños que han sido monitorizados parecían gastar menos tiempo en movimiento que los niños con normopeso. Maffeis, Zaffanello y Schutz10 mostraron una relación entre la masa grasa y el tiempo empleado en actividades sedentarias, por lo que aunque la adiposidad por sí sola puede ser una gran influencia, los factores mecánicos también pueden ser importantes en la obesidad infantil.
Utilizando una medida de auto-informe (IPAC) se encontró que en general los sujetos con sobrepeso realizaban menos actividad física que los sujetos con normopeso. Los sujetos con sobrepeso gastaron menos MET-minuto/semana en actividad física realizada como medio de transporte y durante su tiempo libre que los sujetos con normopeso. Dentro de las actividades consideradas en el apartado de actividad física como medio de transporte, los sujetos con normopeso utilizaban la bicicleta como medio de transporte más días a la semana y más minutos al día que los sujetos con sobrepeso, y también informaron caminar más minutos al día como medio de transporte que los sujetos con sobrepeso. En el ámbito de la actividad física en el tiempo libre, los sujetos con sobrepeso informaron gastar menos MET-minuto/semana total que los sujetos con normopeso. Dentro de las actividades consideradas en el apartado de actividad física en el tiempo libre, los sujetos con sobrepeso dijeron practicar actividad física vigorosa un número menor de días a la semana que los sujetos con normopeso. En cuanto a la cantidad de minutos que los sujetos decían realizar actividad física vigorosa en su tiempo libre en un día, los sujetos con sobrepeso informaron realizar menos minutos que los sujetos con normopeso.
Las diferencias más marcadas se encontraron dentro del ámbito de la actividad física vigorosa, ya que los sujetos con sobrepeso informaron practicar menos actividad física vigorosa en el tiempo libre, tanto en el número de días de práctica como en la cantidad de minutos practicada en uno de esos días. Anderssen y Wold11 obtuvieron que los niños eran más activos que las niñas en el tiempo libre con medidas de autoinforme. Trost et al.12 también encontraron que los chicos informaban realizar más actividad que las chicas, al mismo tiempo que los padres presentaban mayores niveles de apoyo e importancia percibida con respecto a sus hijos en comparación con las hijas. Sallis et al13 encontraron una mayor relación entre la actividad física vigorosa con el autoinforme de los padres que con la medición objetiva de la de actividad física vigorosa de los jóvenes. Taylor et al14 encontraron que los sujetos con sobrepeso eran más sedentarios que los sujetos con normopeso y las chicas con sobrepeso tomaban parte en menos actividad física vigorosa.
En el apartado del tiempo que los sujetos permanecían sentados no se dieron diferencias entre el tiempo que los niños y las niñas o los sujetos con normopeso o sobrepeso decían pasar sentados durante un día entre semana. Sin embargo, en el caso del tiempo que los sujetos permanecían sentados durante un día de fin de semana, las niñas con normopeso dedicaban más tiempo a estar sentadas que las niñas con sobrepeso, pero los varones con sobrepeso dedicaban más tiempo a esta actividad que los que presentaban un peso normal.
Dietz y Gortmaker15 mostraron que las horas dedicadas a ver la televisión se relacionaban de forma directa con la obesidad. Estos autores identificaron 2 posibles mecanismos para explicar esta relación: un menor gasto energético debido a la no realización de actividades alternativas que suponen un mayor gasto, o bien una mayor ingesta de calorías por parte de estos niños. A partir de este trabajo numerosas investigaciones se han llevado a cabo para explorar esta relación, y mientras algunas de ellas siguen poniendo de manifiesto esta relación positiva entre el número de horas dedicadas a esta actividad y la cantidad de grasa corporal16-19, otros estudios no han encontrado relación alguna20,21. Estudios recientes que abordan la relación entre el número de horas dedicadas a ver la televisión o actividades similares (ordenador, videoconsola, etc.) y la práctica de actividad física22,23 ponen de manifiesto la ausencia de relación entre ambas. Parece pues que este tipo de actividades no compiten con las actividades físicas o bien que hay tiempo para todo.
A pesar de la falta de validez concurrente del IPAC, utilizando como referencia el acelerómetro, este instrumento ofrece información necesaria para el desarrollo de programas de intervención. Por lo tanto, sigue siendo necesaria la investigación para la mejora de la calidad de las medidas subjetivas de actividad física.
Correspondencia: Paula Barquero Arilla.
C/ Blanca de Navarra 29 bis. 31521 Murchante.
Navarra. España.
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