La distensión en la musculatura isquiosural, principalmente en el bíceps femoral, es la lesión más común en el fútbol. A pesar de todos los estudios realizados sobre su prevención, la incidencia no se ve reducida. Las posibles causas son la incorrecta elección de los ejercicios para el desarrollo de la fuerza y la no consideración de las interrelaciones entre los factores de riesgo. El objetivo de este artículo es revisar los factores de riesgo que expone la literatura y hacer una propuesta específica de ejercicios para su prevención en esta modalidad deportiva, en función de la localización de la activación muscular. © 2018 FUTBOL CLUB BARCELONA. Publicado por Elsevier España, S.L.U. Todos los derechos reservados.
Hamstring strains, mainly in the femoral biceps, are the most common football injury. In spite of all the studies carried out on preventing these injuries, their incidence has not fallen. One of the possible causes of this is incorrect choice of strength exercises and the traditional reductionist vision that fails to consider the interrelation between risk factors. The aim of this article is to review the risk factors presented in the literature and propose a correct choice of exercises for prevention based on the location of muscle activation, as well as offering a multifactor description of risk factors.
© 2018 FUTBOL CLUB BARCELONA. Published by Elsevier España, S.L.U. All rights reserved.
Introducción
Las lesiones musculares son el principal motivo de ausencia de juego en el fútbol profesional, y se producen aproximadamente 8 por cada 1.000 horas de práctica. La incidencia es superior en los partidos que en los entrenamientos. En las últimas dos décadas las lesiones más predominantes en la elite del fútbol han cambiado, y actualmente las más comunes son las lesiones de la musculatura isquiosural, que causan una mayor pérdida de tiempo de juego que cualquier otro grupo muscular1.
Se producen hasta 50 lesiones de todo tipo por temporada en un equipo de fútbol de 25 jugadores2, y de todas las lesiones que provocan una pérdida de tiempo de juego, las musculares representan entre un 20 i un 37%3. De estas últimas, el 65% de las lesiones se producen durante la competición, mientras que el 35% restante se originan en los entrenamientos4.
Las lesiones de la parte posterior del muslo son una de las principales en los futbolistas, y en la musculatura isquiosural suponen entre un 12 y un 16%2,3,5-7.
Las lesiones de la musculatura isquiosural en el fútbol no tienen la misma prevalencia en una porción que en otra. Así, destacan el bíceps femoral por encima del semitendinoso y el semimembranoso8-10. En el 34,2% de las lesiones se ve afectada más de una porción8, y los grupos más comunes son las dos porciones del bíceps femoral (13,1%) y la porción larga del bíceps femoral con el semitendinoso (23,6%). Además, en el 10,5% de las lesiones registradas se vieron implicadas las 4 porciones, siempre en la parte proximal.
En lo relativo a su localización, también se aprecian diferencias entre lesiones miotendinosas e intramusculares, siendo la unión miotendinosa del bíceps femoral la más lesionada9.
El patrón típico de lesión es el resultado del estiramiento excesivo de la unidad miotendinosa, normalmente producida durante acciones de velocidad o de salto, acciones explosivas8,10.
Los principales factores de riesgo que aparecen en la bibliografía11 se refieren a la edad, a la lesión previa, a la flexibilidad, a la fuerza, a la estabilidad de core, a la fatiga y a la propia arquitectura del músculo, aunque aparecen controversias en diferentes factores. Además, se constatan otros factores independientes, como la lesión previa y la edad, sobre los que no se puede actuar1.
El objetivo de este estudio es analizar los factores de riesgo en las distensiones de la musculatura isquiosural en el fútbol y la correcta selectividad de los ejercicios de fuerza para la prevención de lesiones, atendiendo a su incidencia en las diferentes porciones musculares y su localización.
Metodología
Se ha realizado una revisión bibliográfica en la base de datos PubMed con la introducción de la siguiente estrategia de búsqueda: («hamstring» OR «hamstrings») AND («injury» OR «injuries» OR «prevention» OR «MRI» OR «magnetic resonance imaging» OR «risk factor» OR «eccentric strength») y anteriores al 1 de enero de 2018. De los 3.475 archivos encontrados, 166 fueron descartados por no estar redactados en lengua inglesa y 436 por ser anteriores al año 2000. De los 2.873 archivos finales se leyeron título y abstract para finalmente eliminar 2.815 por no cumplir los criterios de inclusión y seleccionar los 58 finales.
Resultados
Factores de riesgo
Se han propuesto un conjunto de factores modificables y no modificables para las distensiones musculares en los isquiosurales, incluyendo la edad, una lesión previa, etnia, desequilibrios de fuerza, flexibilidad y amplitud de movimiento (ADM) y fatiga1,10-14.
Factores de riesgo no modificables
Edad
La edad es un factor de riesgo a la hora de sufrir lesiones en los isquiosurales1,15,16. Cada año que cumplimos aumenta en 1,8 veces la posibilidad de tener una lesión en la musculatura isquiosural17. El aumento de la edad provoca una degeneración de la columna lumbar (L5-S1) que causa un pinzamiento del nervio del isquiosural provocando la desinervación y la pérdida de fuerza de la musculatura16. Además, el incremento de la edad va asociado a una pérdida de fuerza producida por una disminución de la masa muscular, fibras de tipo II14,15.
Etnia
Tres estudios han determinado a los aborígenes y a las etnias negras africanas o caribeñas como factor de riesgo a la hora de padecer distensiones en la musculatura isquiosural10,18,19. Sin embargo, solo el estudio realizado por Varrel19 ha reportado un incremento significativo de lesiones en este grupo.
Anatomía muscular
Diferentes tipos de lesión en la musculatura isquiosural están relacionados con patrones de lesión específicos20-22. Estos estudios reportaron que las lesiones relacionadas con acciones de carrera a alta velocidad afectan mayoritariamente a la parte proximal del bíceps femoral, mientras que las lesiones por sobreestiramiento implican la porción proximal del semimembranoso. Las lesiones proximales ya ocurren cuando se produce una elevada flexión de cadera paralelamente a una extensión de rodilla22.
La prevalencia de lesiones en el bíceps femoral es mayor que en las demás porciones9. El pico de elongación del bíceps femoral se produce en el último momento de la fase de oscilación, y con mayor magnitud, con el incremento de la velocidad comparado con el resto de la musculatura isquiosural23. La aponeurosis del bíceps femoral es más estrecha que la parte distal, lo que podría explicar que la longitud del fascículo aumenta durante la contracción24.
Lesión previa
Diversos estudios1,25,26 manifiestan que una lesión previa y una inadecuada rehabilitación son un factor de riesgo importante para futuras lesiones. Entre un 12 y un 31% de las lesiones son producidas por lesiones anteriores, siendo estas más graves que las iniciales5,10. Un jugador con lesión en la musculatura isquiosural aumenta 2/3 la probabilidad de volver a sufrir una lesión en la misma musculatura de la misma pierna25. Los jugadores con lesiones previas tenían 3,6 veces más probabilidades de volverse a lesionar27. La duración de la lesión es mayor si ha habido una lesión previa: 24 días frente a 182. En un estudio el grupo de relesión mostró niveles de resistencia muscular muy bajos respecto al grupo que no se relesionó28.
Además, las lesiones previas en otra musculatura también son un factor de riesgo, ya que es probable que estas provoquen cambios biomecánicos en el patrón de carrera16.
Factores de riesgo modificables
Flexibilidad y amplitud de movimiento
Actualmente en la bibliografía se pueden encontrar controversias referentes a la relación entre la flexibilidad y ADM y el riesgo de lesión.
Los jugadores lesionados reflejan una media de 6,5° menos de ADM29. Otro estudio también reflejó la diferencia de ADM, tanto de forma activa como pasiva, entre los jugadores que sufrieron una lesión y los jugadores no lesionados, siendo la ADM de los lesionados menor17. Recientemente se ha demostrado que los futbolistas con una longitud de los fascículos de la porción larga del bíceps femoral menor tenían un mayor riesgo de sufrir una lesión muscular30. Por otro lado, no encontraron diferencias en cuanto a la incidencia de lesión entre equipos que realizaban un protocolo preventivo de flexibilidad y los que no, pero sí en cuanto a la severidad de la lesión31.
Fatiga
El mayor número de lesiones en los isquiosurales se produce entre los minutos finales de la primera parte y la segunda, lo que sugiere que la fatiga es un factor de riesgo para las lesiones musculares3,10. Otros estudios también clasifican la fatiga como un factor de riesgo para la musculatura isquiosural11.
El pico de fuerza producido en la fase excéntrica se veía disminuido al finalizar el partido y al descanso32. La disminución del ratio de isquiosurales excéntrico : cuádriceps concéntrico es producida porque el pico de fuerza concéntrica de los extensores de la rodilla se produce a una longitud muscular mayor, mientras que el pico de fuerza excéntrico de los flexores de la rodilla se produce a una longitud muscular menor32.
Además, la fatiga cambia la técnica de carrera en alta velocidad, disminuyendo la zancada, lo que aumenta el riesgo de lesión33.
Debilidad lumbar y estabilidad del core
Las lesiones en la musculatura isquiosural durante el sprint pueden estar relacionadas con la realización de grandes trabajos negativos en pasos repetidos y/o como resultado de una perturbación en la coordinación de la musculatura pélvica que induce un estiramiento excesivo de los isquiosurales34.
Calentamiento
Un insuficiente calentamiento también ha sido sugerido como un factor de riesgo para sufrir lesiones en la musculatura isquiosural. Un estudio determinó que el calentamiento aumenta la longitud de la musculatura isquiosural35. Además, el calentamiento produce un aumento en la velocidad de estiramiento después de una transmisión nerviosa. Un calentamiento compuesto de estiramientos y ejercicios excéntricos es efectivo en la prevención de lesiones en los isquiosurales, mientras que la realización solamente de ejercicios de flexibilidad pareció no tener un efecto preventivo31.
Desequilibrio de fuerza
La debilidad muscular de los isquiosurales en las contracciones concéntricas o excéntricas ha sido propuesta como factor de riesgo por diferentes autores5,13,36. Los desequilibrios de fuerza comprenden la debilidad del isquiosural, la asimetría entre isquiosurales y bajos ratios en la relación isquiosurales : cuádriceps.
Fuerza
Recientemente se ha demostrado que los futbolistas con menor fuerza excéntrica de los flexores de rodilla incrementaban el riesgo de sufrir una lesión muscular30. Otro estudio también demostró el papel protector del trabajo de la fuerza excéntrica de los flexores de la rodilla a la hora de prevenir lesiones en la musculatura isquiosural37. Este trabajo excéntrico produce un alargamiento de los fascículos musculares, un aumento de densidad muscular y una mejora de los ángulos de penación38,39.
Momento del pico de fuerza máximo
En cuanto a la relación longitud-tensión, la fase descendente de la pierna supone una inestabilidad inherente; por lo tanto, cuanto más tarde se produzca el pico de fuerza máximo, menos riesgo de lesión existe40. Esto significa que las piernas con lesiones isquiosurales previas generan más tensión que las piernas no lesionadas en una misma aADM40. Por tanto, se sugiere que el entrenamiento para aumentar el ángulo de rodilla en el que se produce el pico de fuerza máximo de los isquiosurales resultaría en una disminución de la carga excéntrica de los mismos en la fase descendente de la pierna41.
Asimetría bilateral
Se ha propuesto que un músculo isquiosural significativamente más débil que la pierna colateral, denominada asimetría bilateral de isquiosural, puede predisponer el isquiosural más débil a un riesgo de lesión elevado42. Esta comparación entre piernas del propio deportista podría ser un marcador más idóneo que la comparación con la media estandarizada del grupo.
Ratio de fuerza isquiosurales : cuádriceps
El desequilibrio muscular entre isquiosurales y cuádriceps es un buen predictor para las lesiones musculares de isquiosurales43. Una baja capacidad excéntrica del isquiosural para frenar la acción concéntrica del cuádriceps durante el final de la fase de balanceo es un factor de riesgo12. Los ejercicios de fuerza excéntrica para isquiosurales como parte de la pretemporada y la temporada reducen el riesgo de sufrir una lesión muscular31. En un estudio en el que se analizó la asociación isquiosurales : cuádriceps y el riesgo de lesión encontró que los desequilibrios de fuerza no corregidos en los jugadores de fútbol suponen un riesgo de lesión muscular13. Cuanto menor sea el ratio funcional isquiosurales excéntrico (excI) : cuádriceps concéntrico (conC), mayor será el riesgo de lesión27. Los déficits bilaterales iguales o mayores del 20% entre excI (30º/s) y conC (240º/s) aumentan el riesgo de lesión hasta 4 veces en comparación con un perfil de fuerza normal13.
En cuanto a los parámetros de entrenamiento, el volumen y la intensidad son normalmente temas de debate (tablas 1-3)44.
Selección de ejercicios para el desarrollo de la fuerza
Las lesiones en los isquiosurales pueden producirse tanto al final de la fase de vuelo como al inicio de la fase de oscilación en el suelo23,45-47 durante la carrera, lo que hace relevante la incorporación de ejercicios de cinética tanto abierta como cerrada en la prevención de lesiones. En el momento en que puede producirse la lesión, sus diferentes localizaciones (proximal, medial distal) deben ser entrenadas. Por otro lado, la no activación uniforme de las porciones de los isquiosurales durante diferentes ejercicios48,49 sugiere la utilización de ejercicios diversos.
Los ejercicios que implican una flexión o resistencia a la extensión de rodilla involucran la participación del semi-tendinoso y del bíceps femoral50,51, mientras que los ejercicios que realizan una extensión o resistencia a la flexión de cadera implican el semitendinoso, la porción larga del bíceps femoral y el semimembranoso50,52.
Esta activación en cada uno de los ejercicios puede verse variada en función de la posición de los pies. Así, con una rotación externa activa de los pies los isquiosurales laterales (bíceps femoral) se ven más activados, mientras que una rotación interna de los pies produce una mayor activación de los isquiosurales mediales (semitendinoso y semimembranoso)53.
El principal momento en que se producen distensiones isquiosurales es en la carrera, en el momento previo a apoyar el pie en el suelo y en el chut10,15.
Aplicación práctica
Atendiendo a la literatura revisada, se proponen los siguientes ejercicios para trabajar la fuerza de la musculatura isquiosural como método de prevención primaria.
El curl femoral excéntrico (figs. 1 y 2) ha sido escogido por la activación a nivel distal del bíceps femoral y semitendinoso, y la activación proximal de la porción corta de bíceps femoral y semitendinoso. El nórdico para isquiosurales (figs. 3 y 4) se ha seleccionado por el trabajo a nivel proximal y distal de la cabeza corta del bíceps femoral y semitendinoso. El cinturón ruso peso muerto (figs. 5 y 6) se ha escogido por el trabajo proximal de semitendinoso y semimembranoso. Por último, la catapulta para isquiosurales (figs. 7 y 8) ha sido escogida principalmente por la activación proximal de la cabeza larga del bíceps femoral.
Figura 1. Curl femoral excéntrico (posición inicial).
Figura 2. Curl femoral excéntrico (posición final).
Figura 3. Nórdico para isquiosurales (posición inicial).
Figura 4. Nórdico para isquiosurales (posición final).
Figura 5. Cinturón ruso (posición inicial).
Figura 6. Cinturón ruso (posición final).
Figura 7. Catapulta para isquiosurales (polea cónica) (posición inicial).
Figura 8. Catapulta para isquiosurales (polea cónica) (posición final).
Su protocolización se define atendiendo a los siguientes parámetros comunes, que deben adaptarse individualmente a cada deportista y atendiendo a los factores de riesgos específicos definidos anteriormente. La programación de ejercicios consta de dos rutinas semanales. La rutina 1 se trabaja en el gimnasio con el curl femoral y la catapulta para isquiosurales, mientras que la rutina 2 se desarrolla en el campo con el nórdico para isquiosurales y el cinturón ruso. La carga de trabajo consta de 2 series de 6 repeticiones (2 × 6) por ejercicio57,58. En periodos de carga (pretemporada) se realizan las dos rutinas, mientras que en periodos competitivos (temporada) se realizará solo la rutina 2, con la intención de evitar la aplicación ejercicios de fuerza excéntrica de alta intensidad o duración en periodos competitivos, atendiendo a que sus afectos secundarios de dolor muscular y déficit de fuerza podrían reducir el rendimiento44. Estas rutinas deberían ser incluidas en un protocolo de carácter multifactorial57 y completadas con ejercicios de estabilidad del core y ADM.
Conclusiones
Las distensiones musculares en el isquiosural son multifactoriales, ya que no dependen de un único factor, aunque la fuerza puede ser un factor con gran peso5. Eso sugiere que un efectivo programa de prevención de lesiones en la musculatura isquiosural en el fútbol debe actuar de manera específica e individualizada sobre todos los factores modificables.
Conflicto de intereses
Los autores declaran que no tienen ningún conflicto de intereses.
Recibido el 26 de febrero de 2018,
aceptado el 14 de junio de 2018
* Autor para correspondencia.
Correo electrónico: pausintesfebrer@gmail.com (P. Sintes)